Quizá me tacheis de Radical. Pero desde lo más profundo de mi ser digo: Ojalá el hijo pequeño del promotor de ésta idea de engañarnos con las keys, no haya podido conseguir ninguna de su papá, y esta noche se vea obligado a trasnochar tanto, que mañana vaya sin dormir al colegio, y del sueño que lleva al cruzar la primera calle no se fije y le atropelle un autobús.
Amén.