También admitió que sometió una declaración falsa al gobierno australiano sobre su historial de viajes antes de volar a Melbourne, aunque culpó a su representante.
El representante tiene la culpa. Ya ha encontrado la cabeza de turco.
Si fuese de otro, bueno... pero de un antivacunas declarado, de un tío que ha ido a fiestas, reuniones, entrevistas, estando contagiado, sin guardar distancia ni llevar mascarilla, y sabiendo el historial que tiene, está más que claro que él es el único culpable.
«Me sentí obligado a realizar la entrevista con L'Equipe porque no quería quedarle mal al periodista, pero me cuidé de mantener el distanciamiento social y usé mascarilla, salvo para las fotos», indicó. «Ahora pienso que esto fue un error de criterio y acepto que debí reprogramar este compromiso»
Es un impresentable.
Luego se pregunta él y su familia, por qué sus títulos no valen lo mismo que los de Nadal o Federer, o no está a la altura de los más grandes, ni tiene su respeto.
Australia lo ha hecho muy mal esta vez, muy mal.
Antes al menos los "chicos malos" del tenis tenían carisma, ahora son unos payasos.