Nadie ha hablado de exigir fidelidad a la mitología nórdica en este videojuego, ni en ninguno de esta franquicia, sería absurdo por muchos motivos, pero principalmente por el hecho de atarse las manos desde el punto de vista creativo (y esto lleva un montón de connotaciones negativas cuando se pretende contar una historia concebida). Si así fuera, además, Kratos pasaría sin pena ni gloria por la mitología griega.
Pero por otro lado, no es descabellado pensar, porque así lo han hecho durante toda la saga, que siguen en cierto modo los sucesos de la mitología, en este caso la vikinga.
¿Por qué?
Porque solamente hay que haber jugado al GOW de 2018 y haber sido levemente curioso acerca de los acontecimientos que narra la Edda poética (o poemas nórdicos). No hay que ser un estudioso de la materia, simplemente con ver un vídeo en YouTube puedes hacerte una idea de los acontecimientos que se producen en el Ragnarok.
Tampoco hace falta haber jugado a la secuela para entender esto. Ya en el propio trailer vemos cómo se producen hechos extraídos directamente de los poemas nórdicos que narran en Ragnarok, como Sköll perseguiendo al Sol, por poner un ejemplo.
Por lo tanto, en mi humilde opinión, nadie reclama que nos tengan que presentar un Ragnarok fiel, pero al menos que la historia que nos quieran contar en esta segunda parte introduzca a los personajes principales del relato que da nombre al videojuego, y que se resuelvan todas la dudas que quedan por responder.