Por eso Andromeda es un juego extraño: porque empieza decepcionando, y resulta sencillo enfadarte con el, pero poco a poco consigue ganarte.
Los problemas técnicos siguen ahí, pero el nivel general asciende, todo comienza a ser más bonito, y cada nuevo planeta hace las cosas mejor.
Es una línea ascendente que como estrategia resulta extraña, porque presentarse borracho en la primera cita nunca ha sido una gran idea. Andromeda lo hace, pero sería un error darlo todo por perdido en esas primeras horas