BIENVENID@S A SAINT DENIS
Voy tan tranquilo por Saint Denis, montado en mi yegua ·Árabe· blanca llamada Grace's Secret, intentado averiguar si ir por la derecha o izquierda de la calle. Llego a un cruce y ya está, se armó el belén. Varios carromatos intentando avanzar, no se donde meterme, no se como pasar por tal locura de cruce. Mi yegua se pone nerviosa, empieza a dar vueltas sobre si misma con tal mala suerte que atropello a un pobre señor ebrio que estaba medio sentado medio tumbado disfrutando de la poca vida que le quedaba... Sí, descanse en paz. El señor ebrio pasó a mejor vida. Pero eso no era todo, la cosa no acaba ahí. Tres transeúntes que ven todo lo ocurrido, se les ocurre la mejor idea del mundo, gritar asesino y salir corriendo. Pero mi inteligencia me hace tener una idea todavía mejor. Intento parar a los transeúntes para explicarles lo ocurrido. Consigo que uno de ellos entre en razón, a otro lo pierdo de vista en porque se introduce por un callejón... pero el tercero, el tercero tiene que ser mío. Salgo corriendo tras él, una carrera de varias manzanas. Estoy a medio metro, se mete en un edificio, yo tras él, me abalanzo y consigo detenerlo... Alzo la mirada y sí... Estoy rodeado de agentes de la ley. Estoy en mitad de la COMISARÍA, sobre el transeúnte y todos los agentes de la ley me están apuntando con sus revólveres.
Y este es la explicación de la famosa ley de Murphy. "Si algo malo puede pasar, pasará".