Quejas, cansancio, hastío. Que si difícil, que si imposible. Cómo se nota que estamos en la época donde los juegos solo se miden por conseguir logritos con este o aquel truco, en los que el objetivo es tener todo desbloqueado en media hora, en donde apetece más ver una bonita pantalla en la que no tener reto para ir a otro juego y otro y otro y otro...
Pero, amigos, algunos celebramos que un juego esté protegido de esto y busque, como antaño, el tenerte enganchado a él no por desbloquear esto o lo otro, no por conseguir pasártelo en dos días, sino porque es divertido jugar y punto. Y así, pasadas las semanas y los meses, los movimientos se controlan mejor y los contraataques o formas de reaccionar ganan en perfeccionamiento.
Cuidado, que no estoy criticando a un compañero en concreto ni a este o tal nombre, solo digo que este juego está hecho también para un tipo de jugador que VALORA que haya una jugabilidad clásica, profunda, exigente, retadora y que te permita disfrutar de un título durante toooooda la generación.
Es para quienes podemos ponernos un Ryu vs Ken en la misma pantalla y jugar treinta partidas seguidas disfrutando todas y cada una de ellas. Pero también es para el que jamás conoció la saga y quiere maravillarse con animaciones, efectos y una jugabilidad profunda que se le irá descubriendo lentamente.
Para quienes no es, sin duda, es para los que se frustran porque algo esté prevenido del jugador que no tiene más misión que conseguirlo todo en dos días y estar dentro de quince días en otras historias sin volver jamás a SFIV.
Y ahora entended mi mensaje, que no busca ofender a nadie y que solo quiere expresar que algunos ya teníamos ganas de algo que nos ofreciera un punto de aquel sabor añejo, intenso, retador y fascinante de los viejos juegos, en los que jugar lo era todo y pasados los meses todavía se estaban descubriendo cosas.
Saludos. Y, sí, es que estoy loco de contento con este nuevo éxito de Capcom. La gallina de los huevos de oro sigue viva