No he visto el vídeo ni pienso verlo, al igual que tampoco pienso ver los vídeos de las ejecuciones de James Foley, Steven Sotloff, David Haines, Alan Henning, Peter Kassig, Haruna Yukawa y Kenji Goto. Son hechos de la más terrible perfidia y de la más execrable perversidad, para los cuales todo acto de repulsa es insultantemente escaso. No pienso contribuir al morbo y a pisotear la dignidad de las víctimas.
Ahora mismo, no podría pensar de mayor gozo en esta vida que hacer sufrir yo mismo a todos y cada uno de los cobardes demonios que se cobran la vida de estas personas de la manera más cruel y terrorífica posible. Desde la pantalla de mi ordenador no puedo más que desearles de todo corazón los mayores de los males y la peor de las muertes, porque es lo único que merecen estos repugnantes e infames diablos. Que nunca salgan del infierno.