AzaToch escribió:Por cierto no se si es un bug o que, pero cuando te dan el control del personaje nada más empezar, si pulsas start te teletransporta a la comisaria saltándote parte del juego
, a ver si alguien lo puede probar para ver que no soy yo solo.
Eso no es más que saltarse la intro
El juego me lo he pasado cuatro o cinco veces y es una locura para la época, una pena que no saliera de Japón. Aunque también digo que jamás de los jamases me lo hubiera pasado en su día con el final bueno, sin guías, ni vídeos. Los eventos están SÚPER MEGA justos de tiempo. Si no sabes lo que hay que hacer y vas a pijo sacado a todos lados, al menos durante una cuarta parte del juego, diría que es casi imposible obtener este final.
Aún así me encanta. Los gráficos son lo mejor de Playstation, el combate no es gran cosa, pero funciona correctamente, las partes on rails son sorprendentemente divertidas, la aventura es fascinante, las localizaciones son una pasada, sobre todo el bosque. En definitiva, la obra maestra que nunca pudimos disfrutar en su día.
Normalmente el juego va sobrado de rendimiento, salvo en la persecución de coches, que sólo ocurre una vez durante el juego, lo que me hace preguntarme hasta qué punto hubiera sido factible un GTA en Playstation. La verdad es que es el único juego en la consola que me ha hecho cuestionarme dónde estaban los límites de la misma, a nivel técnico. Sí que se ven un poco las costuras en cuanto a que el pueblo está dividido en varias zonas de carga, pero son sorprendentemente grandes.
Lo que más me flipa es que cuando quedas con alguien a una hora, esa persona sale de su casa, se monta en su coche o directamente va andando y hace todo el trayecto para llegar a la hora indicada al sitio donde has quedado, no aparece directamente de la nada como en el 99% de juegos. Fue un cambio de paradigma impresionante, yo creo que nunca se había visto nada parecido hasta Shenmue, años más tarde, y aún así diría que en Shenmue sólo pasa con los personajes importantes, los NPC normales creo que sólo se dedican a dar vueltas en un circuito establecido y simplemente desaparecen cuando llega la hora de retirarse.