Respuestas a lo del traslado a Burgos: 1, el resto:
Lo de Ines Arrimadas es espectacular, me he estado respasando las intervenciones en medios independentistas como Tv3 y demás y es que no se porque la llevan, porque cada vez les cruje más.
Lo del de discurso en castellano y el discurso de torrent en catalán es para morirse. Le intentas hacer una pregunta capciosa, y le da la vuelta escupiendosela en la cara, y encima la tipa cae y le argumenta porque Torrent puede hacer el discurso en catalán dándole ella misma los argumentos (que son los mismos) a Arrimadas.... Es para mandarla a su casa...
Y si no, la otra diciendole que si las diadas son paz y amor (y el plus pal salón) y que claro, las manifestaciones del 8 de octubre fueron muy pacifistas pero.....que a ver que le parecía que hubiera algun incidente con ultraderechistas y tal....
Y ahora, después de que el entrevistador le haya dicho CON DOS COJONES "¿Nosotros somos una matraca?" es cuando mas fuerte hay que gritar: "PRENSA ESPAÑOLA. MANIPULADORA"
Empieza la violencia independentista, era de libro que tenía que llegar:Los tres ataques de odio a la hija del concejalExtracto para que se te pongan los pelos de punta:
Los lazos, de plástico, están atados a conciencia, con varios nudos. Cuando Carme empieza a quitar uno y otro y otro, y a meterlos en su bolso, un adolescente de 13 años se para a unos dos metros de distancia, la mira y empieza a arrancarlos con ella. Se sonríen.La mujer y el niño forman un comando de auténticos provocadores fascistas, o eso debe de pensar el treintañero que los aborda: «¿Cómo es posible que haya gente como vosotros en este país?», «Si nosotros hemos puesto los lazos no los podéis quitar. Es como tú, que no me gustas cuando te veo por la calle y me gustaría quitarte, pero no puedo».
Llegan otros dos hombres y los rodean. Después, 15 personas más, avisadas por móvil. Carme llama a los Mossos. El niño le dicta el teléfono: 112. Se burlan de ella: «¡Mira cómo le tiembla la mano!». Los Mossos intervienen. «Ellos creen que tienen derecho a poner los lazos y vosotros, a quitarlos», le resume uno de los agentes. El gentío se disgrega. Carme y el niño se despiden. Ella tira hacia casa creyendo que ya ha pasado todo. Una patrulla le da el alto: «No vaya por aquí. La están esperando en un bar. Suba al coche». Así, escoltada, llegó Carme a su casa.
Fascistas.