Al final, pasa el tiempo y Cataluña sigue siendo una comunidad autónoma más de España, pese a que la independencia era inminente, imparable y que el mundo civilizado vendría al rescate y socorro del movimiento independentista en favor de la libertad y la democracia...
De mientras, el Parlament de Cataluña va a hacer 2 años que no TRABAJA, que tiene abandonados a sus ciudadanos y no cumple las funciones para las que son elegidos. Y sin embargo, hay gente que sigue dando palmas con las orejas ante una situación esperpéntica.
Políticos a los que la Justicia reclama, que se han fugado para no rendir cuentas ante los tribunales (pese a afirmar que irían hasta el final y acatarían todas las consecuencias). Y los que están en prisión preventiva, algunos se atreven a denominarlos “presos políticos”, un chiste. Están en prisión preventiva simple y llanamente porque si no fuera así, se habrían fugado como los otros.
Luego, muchos se piensan que es un fracaso para los españoles, ver a Puigdemont y compañía en libertad en otros países europeos. A mí me parece un fracaso para la política y justicia europeas, porque denota que el nombre de Unión Europea aún le queda muy grande, de momento debería llamarse Europa y punto. Pero está muy lejos de ser un fracaso para los españoles, se trata de unos fugados que no podrán volver a España hasta dentro de mucho tiempo, no podrán recuperar sus vidas en su tierra ni con su gente...por mucha libertad de la que gozan en el extranjero, no pueden volver a la tierra que les vio nacer y crecer. Y eso es jodido, muy jodido. Y cuando vuelvan, nadie se acordará de ellos. Dos días de titulares como mucho y se olvidarán de ellos para siempre.
Y por favor, dejad de brindar al Gobierno de España de una cortina de humo genial, porque con toda esta historia, tampoco ellos están a lo que tienen que estar que es currar para el país, que buena falta hace.