Puede gustar más, o puede gustar menos. Pero las suspensión es inmediata y esto se sabía desde el principio (siempre que sigan en prisión provisional).
No es el reglamento del Congreso; es la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y su aplicación es inexcusable. Y por eso mismo creo que quien debía haber suspendido a los presos era el Tribunal Supremo, no la Mesa del Congreso. La jugada de la Sala Segunda de pasarle la patata caliente a Batet ha salido bien, pero desde mi humilde opinión debe ser criticada. Un tribunal no puede no aplicar la ley: le guste o no, es su deber.