Resulta que tenía una hucha llena de monedas de 1 y 2 céntimos que fui reuniendo en los últimos 3 ó 4 años (de la vuelta que te dan al comprar en el supermercado y tal), y como ya estaba a rebosar, ayer las conté todas, que tardé una hora, y en total eran 42,30 euros con un peso de 9 kilos.
Como no sabía si en el banco me iban a poner pegas para recogérmelas, me estuve informando en Internet y leí opiniones de todo tipo, y algunos empleados de bancos decían que aunque les joda, su obligación es aceptar las monedas pues es dinero igualmente.
Así que esta mañana fui a mi banco con dos bolsas para ingresarlo en mi cuenta, una bolsa con las monedas de 1 céntimo y la otra con las de 2, cada bolsa con un papel pegado con la cantidad.
Llego allí, y me dicen que no me las recogen. Que así no tienen por qué aceptar mi dinero, que ésa no es manera de entregarlo y que ni de coña se van a poner a contarlo, que ellas no están ahí para perder el tiempo con eso. Me dijeron que la única manera sería entregarlo metido en blisters:
Estos blisters te los dan gratis en el banco para que les lleves las monedas contadas y empaquetadas. Yo le dije que su obligación es recoger las bolsas pues es dinero de curso legal, y que ya bastante había hecho con contarlo antes. Como se volvieron a negar, les pedí la hoja de reclamaciones. Después de rebuscar agitadamente en un armario, me entregaron un ridículo formulario (propio del BBVA) donde yo podía escribir en un espacio en blanco.
Le dije que eso no me valía para nada, que lo que quería era la hoja de reclamaciones
que proporciona la Xunta de Galicia. En ese momento su expresión cambió de gallarda y soberbia a inquieta y preocupada.
La empleada llamó por teléfono a algún alto cargo, supongo que al delegado provincial del banco o no sé, y después de un rato hablando en bajito, viene y me dice: "Te pido disculpas por este incidente. Te las vamos a recoger porque es nuestra obligación, incluso aunque no tengas cuenta con nosotros, lo cual yo no lo sabía, y lo único que te voy a pedir es que por favor aceptes que ahora mismo no nos pongamos a contarlas. Lo que vamos a hacer es enviarlas a la central ya que ellos disponen de máquinas para contar las monedas, y en cuanto comprobemos el importe de las bolsas, te las ingresaremos en tu cuenta".
Y así me fui yo del banco, complacido por haber exigido mis derechos y no dejar que me mandaran de vuelta para casa con esos 9 kilos de moneduchas.
Si algún día os encontráis en un caso parecido, ya sabéis.