_WiLloW_ escribió:
Buenísimo
. Por una parte estaba muy claro lo de que Aznar los tenía por corbata pensando en la que se le venía encima. Por otra parte, hay quien acusa al PSOE de haber hecho juego sucio aquellos días, pero nada más lejos de la realidad. Sencillamente vieron cómo el PP se lo estaba poniendo a huevo, y esperaron tranquilamente a que cayera la manzana del árbol. Vamos, que no hicieron tanto juego sucio como el PP sencillamente porque no les hacía falta.
En cuanto a los comentarios de Paco Alcaraz, no merecen el más mínimo aprecio por mi parte. No puedo fiarme de alguien que por una parte se empeña en meter a Eta en el 11-M y por otra califica a los musulmanes de "enemigos del orden cristiano" , exigiendo el mismo 12 o 13-M al Gobierno un control sobre los inmigrantes musulmanes.
Quizá os parezca duro por mi parte que piense esto, pero así es: durante la segunda legislatura de Aznar, muchas de las asociaciones contra el terrorismo etarra han perdido el norte. Han pasado de ser unas asociaciones apolíticas que respetaban el consenso con todos los partidos democráticos a tener una clara orientación política y a cargar contra todo aquel que les lleve la contraria. Se han convertido en auténticos monstruos.
El 11-M destapó eso con toda su crudeza. Muchos miembros de esas asociaciones han visto con muy malos ojos un suceso que les ha robado protagonismo y cuotas de poder. Simplemente porque les han salido competidores. Ahora hay más comensales en la tarta de las subvenciones, siendo el pastel el mismo. Ése es el auténtico sentimiento que tienen personas como Alcaraz, se lamentan del poder y del protagonismo perdido.
Por muy duro que parezca, las peticiones de las víctimas no siempre deben ser escuchadas. El dolor por la pérdida puede degenerar fácilmente en un sentimiento de venganza y nublarles el juicio, y hay cosas que no pueden tolerarse. Por ejemplo, la exigencia de que "debe haber vencedores y vencidos" . Pensad un momento en la Transición: una de las razones de su éxito fue que la derecha en el poder y la izquierda en la oposición y en la ilegalidad supieron llegar a un acuerdo. La derecha aceptó devolver las libertades y la izquierda renunció a un ajuste de cuentas que llevaban esperando mucho tiempo. Que pudo salir aún mejor, de acuerdo, pero salió mucho mejor de lo que podía pensarse en un primer momento, y no son pocos los beneficios obtenidos.