El viernes 13 de octubre de 2023 pasará a la historia de la industria del videojuego como el día en el que Microsoft completó la compra de Activision Blizzard, una de las compañías más grandes, importantes y veteranas del sector. Veinte meses después de la
propuesta de adquisición por 68.700 millones de dólares, Microsoft finalmente puede
decir de forma oficial que Activision Blizzard, sus estudios y sus franquicias, incluyendo Call of Duty, Warcraft, Overwatch, Crash Bandicoot, Diablo, StarCraft, Spyro y Candy Crush, son de su propiedad.
Con Activision Blizzard, Microsoft se transforma en un coloso del software dentro de la industria del videojuego. Solo por el hecho de ser el responsable de la plataforma Xbox ya era una de las compañías más importantes del sector, pero con la incorporación de Activision Blizzard con su docena de equipos de desarrollo, 17.000 empleados y algunas de las propiedades intelectuales más valiosas, importantes y lucrativas de la historia, sube enormemente su nivel. También pone un pie en el sector de los juegos para móviles. Por ingresos anuales, Xbox pisará los talones a Tencent y Sony, las dos compañías que a día de hoy lideran este ranking.
La compra de Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares es la mayor adquisición en la historia de Microsoft tras los 26.200 millones de dólares que en 2016 pagó por
LinkedIn. La operación también supone un récord dentro de la industria del videojuego, cuya mayor transacción hasta la fecha era la compra del desarrollador de juegos para móviles Zynga por parte de Take-Two a cambio de
12.700 millones de dólares en 2022. Incluso en el sector tecnológico donde se mueve Microsoft, la adquisición de Activision Blizzard supera el récord que hasta ahora tenía Dell cuando en 2015 abonó
67.000 millones de dólares por EMC.
Se mire por donde se mire, la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft pasará a la historia, mientras que en la industria del videojuego ya nada será como antes. Cierto es que durante una década Call of Duty seguirá
presente en PlayStation y
llegará a consolas Nintendo como parte de un acuerdo entre Microsoft y las dos compañías japonesas, pero desde hoy Xbox tiene la capacidad de decidir si se queda en exclusiva el resto de franquicias y cualquier nueva propiedad intelectual. Si el ejemplo es Bethesda Softworks, Sony y Nintendo ya se pueden olvidar de los juegos de Activision Blizzard a excepción de Call of Duty.
A Microsoft le ha costado 20 meses completar la compra de Activision Blizzard. La odisea deja una factura de 68.700 millones de dólares sin contar a los abogados, así que parece difícil que la compañía tenga en mente seguir engrosando su colección de estudios y franquicias a base de talonario. Ahora Microsoft tiene por delante un largo proceso de digestión. Mientras tanto, los suscriptores de Game Pass cuentan las horas para que los títulos de Activision Blizzard aparezcan en el servicio. Quizás
los juegos recientes como Diablo IV y Modern Warfare III deban esperar, pero los de catálogo podrían llegar más pronto que tarde.
Fuente: Xbox Wire