Habría que hacer una captura de la pantalla, al ser posible POR PARTE DE UN NOTARIO y, con ella y el precio, podrás conseguir el coche al Precio que publicitan.
NO ES VÁLIDO el error tipográfico, estamos ante un caso PALPABLE de publicidad engañosa.
Las Leyes son muy claras al respecto, los compradores NO SON RESPONSABLES de los errores que cometan los empresarios, es el empresario el que deberá de velar por la veracidad de la publicidad que emita y del correcto precio de los artículos, toda vez que dicha publicidad se entiende como DOCUMENTO CONTRACTUAL, es decir, que su información equivale a un contrato legal.
Puede que, el que desee el coche a ese precio, tenga que pelear en los Juzgados, pero que sepáis que, al final, lo conseguiréis, y que las costas y gastos irán a cargo del demandado, pero pasará bastante tiempo.
Por cierto, que existe jurisprudencia al respecto.
Por ejemplo esto...
Sobre el error tipográfico escribió:Son ya muchos los pronunciamientos del Jurado sobre la adecuación deontológica de cláusulas del tipo “salvo error tipográfico”. Se pueden encontrar a su vez resoluciones judiciales coincidentes en lo sustancial con lo dictaminado por el Jurado, como la dictada el 26 de noviembre de 1998 por el Juzgado de Primera Instancia nº 55 de Madrid, que declaró ilícitas las expresiones "precios válidos salvo error tipográfico” así como “información válida salvo error tipográfico”. Con la utilización de esta clase de expresiones se produce un claro abuso de la buena fe de los consumidores. Primeramente,las consecuencias de la posible existencia de un error tipográfico han de ser soportadas por el anunciante, a cuya negligencia se deben, sin que quepa que éste las traslade al consumidor. Por otro lado, con la expresión cuestionada el oferente limita unilateralmente el alcance de la oferta que realiza, quedando facultado para desvincularse de la misma. Con la inclusión de la citada cláusula se está haciendo depender la obtención del producto en las condiciones anunciadas no de la intención de compra del consumidor, sino de la inexistencia de un error tipográfico, extremo que únicamente está en disposición de conocer, y por tanto de poder alegar, el anunciante, pero no el consumidor.