Repaso semanal de series.
Sigue sensacional, pero le pongo una ( pequeña ) pega, y es que hay ya demasiadas tramas paralelas y poco tiempo para desarrollar cada una. Algunas ya convergen, otras todavía no, y va a faltar tiempo. Me alegra comprobar que ya se ha recuperado por fin uno de los personajes ausentes.
La primera temporada me encantó. La segunda fue muy inferior y hasta risible. A ver si esta tercera que se ha estrenado hoy recupera el nivel.
El nivel de estupidez de esta serie, ignoro si acorde con los libros, está alcanzando en este tramo final niveles realmente alarmantes. Es una mezcla sin sentido de ideas, géneros y conceptos mezclados sin la menor coherencia. Ahora mismo tenemos un Ministerio/ Autoridad que es un calco de la Iglesia Católica con sus símbolos y ritos pero que no se atreven a nombrar, una historia de soldados revolucionarios con estética de ciencia ficción, un oso polar belicoso que todavía no sé qué pinta aquí, espíritus en forma de sombras, peleas de ángeles con alas, tipos diminutos con alas de insecto revoloteando, brujas, viajes por mundos absurdos con conversaciones con peluches, pseudo-tecnología nuclear, un paseo por el infierno del mundo clásico precristiano, barquero de la mitología grecorromana incluido solo que en plan hortera, como el resto de este despropósito, un polvo que nadie sabe lo que es pero que los autores deberían sacudirse, una daga que parece una navaja suiza porque al parecer sirve para todo y los protagonistas juveniles más repelentes que recuerdo en mucho tiempo. ¿ Es necesario seguir ?. Lo dicho, preocupante que algo así pueda vender.
Terminada la segunda mitad de la cuarta temporada ( retrasada por el doblaje, que volvieron a dejar a medias ). A estas alturas ya tengo muy claro que van improvisando las tramas, no hay orden ni concierto y mucho menos un guion. A veces hacia gracia y a veces dan ganas de mandarla a paseo con sus groserías, pero como nunca se sabe, voy siguiendo. Sea como fuere esta ha sido realmente floja. Por lo menos hemos recuperado ya a Colin Robinson, el vampiro energético, muy desdibujado con la absurda decisión que tomaron en la entrega anterior.
Me he puesto por fin con esta deuda pendiente, pero esperaré a ver algún episodio más antes de comentarla para tener una opinión más formada. Eso sí, puedo asegurar ya que al lado de los de Triangle of sadness estos ricachones son hermanitas de la caridad.
Cutre. Realmente cutre en todos los aspectos, hasta aquí he llegado. Tampoco es que la película fuera gran cosa, más allá del recuerdo simpático que dejó, pero aún así a años luz de este insulto sin gracia. Es de lo peor en fantástico que recuerdo, y eso que el género está siendo maltratado con casi todo lo que se nos ha ofrecido en estos últimos tiempos.
Si en el episodio anterior salía gente con tejanos y chaqueta vaquera, ahora acaba de salir una
brownie con lo que aparenta ser, al menos de lejos, una camiseta estampada de algún grupo de rock bajo un mono. Ha sido verlo y decir: ¡ basta !.