En este juego es muy fácil dispersarse. Por cierto, hablando de dispersarse, hubiese estado guapo que se pudiera buscar pepitas de oro en los ríos y luego venderlas. Ahí en plan fiebre del oro.
Bueno, voy a meterle ya caña a la historia porque llevo una semana y todavía estoy al principio del capítulo 3. Tengo ya mucha pasta (2.000 dólares encima, 600 en el campamento y todo comprado sin hacer trampa).