[SPOILERS OJO SPOILERS] SPOILERS FINAL FANTASY VII REBIRTH [OJO SPOILERS]

Dos Mil Gil para Convertirse en un Héroe

Una nueva historia corta sobre Cloud en su adolescencia, por Kazushige Nojima.

La "estación de transferencia" era poco más que un tramo de prado. En la oscuridad del amanecer, hogueras dispersas ardían, bañando el claro con un resplandor naranja. No había laboratorios ni oficinas, ni instalaciones especiales, solo altas hierbas meciéndose en el cálido viento.

Cloud Strife yacía como enterrado en estas hierbas, tratando de aliviar el dolor en su pecho con una extraña respiración entre jadeos y exhalaciones profundas. Dos horas balanceándose en la cama de un camión lo habían dejado miserable. Tenía que agradecer su mareo por eso. No pasaron quince minutos en el viaje cuando los dolores de estómago y la náusea se instalaron. Vomitar habría hecho que se sintiera mejor, pero eso no era una opción. Había otros pasajeros mirando. Leon Renard y Joel Rodin estaban tratando de hablar con él sobre algo. Leon tenía quince años, y Joel parecía tener la misma edad que Cloud. Ellos y todos los demás en la cama del camión estaban en camino a Midgar para ofrecerse como voluntarios para el ejército de Shinra.

Fue Leon quien, al notar el lamentable estado de Cloud, afirmó que debía estar sufriendo de mareo por movimiento. Pero Cloud no podía admitir que tenía razón. No podía mostrar ningún signo de debilidad a este par de compañeros reclutas. No, simplemente estaba cansado. La emoción de ir a Midgar lo había mantenido despierto. "No dormí lo suficiente", rebatió, y luego fingió descansar, ignorando a los dos chicos. Era mejor parecer un niño sobreexcitado que un pobre desgraciado con mareos por movimiento que ni siquiera podía mantener una conversación.

Mirar fijamente las estrellas del cielo nocturno parecía darle un poco de alivio. Vacilante, levantó su torso del suelo y observó la estación de transferencia. Cloud podía distinguir el camión que lo había llevado allí iluminado por la luz de las hogueras. Era una furgoneta cubierta, una de Shinra. El tipo que a veces se veía entrando y saliendo de Nibelheim. Transportaban suministros cotidianos, personal para inspeccionar y mantener instalaciones importantes como el reactor y sus tuberías, y, de vez en cuando, pasajeros como Cloud. Una vez en la estación de transferencia, esos pasajeros esperarían ser recogidos por helicóptero, que los llevaría junto con su carga. El conductor del camión era un oficial de mediana edad llamado Milo Bennett. El casco y las gafas que llevaba ocultaban todo menos la mitad inferior de su rostro, que estaba acentuado por una barbilla puntiaguda. Al salir del pueblo, Cloud había visto a su madre entregar una pequeña bolsa de papel a Milo en el asiento del conductor. Probablemente estaba llena de pasteles caseros. A Cloud le habían dado un tratamiento similar, pero probablemente estaba aplastado en su mochila en este momento.

Leon y Joel estaban en una conversación profunda justo frente al camión. Miraban repetidamente hacia otra hoguera al otro lado. Su mirada estaba dirigida hacia un hombre delgado y anciano. Había levantado una pequeña mesa y estaba colocando bebidas y otros productos encima, aparentemente montando una tienda. Un chocobo estaba descansando a su lado. Probablemente, su chocobo.
Cloud había visto a este anciano hablando con una mujer joven cuando bajó del camión. ¿Dónde había ido a parar ella? Mirando a su alrededor, la vio hablando con otro hombre.

Estaba posicionado a cierta distancia del anciano comerciante, justo enfrente de donde estaba sentado Cloud. Evitando las hogueras, quizás. La mitad de su cuerpo estaba envuelta en oscuridad. También estaba acompañado por un chocobo. Tenía la espalda hacia el pájaro dormido y estaba sentado con las piernas cruzadas, mirando hacia arriba a la mujer mientras hablaba. Llevaba un traje negro que parecía fuera de lugar en el prado circundante. Más llamativo aún era su cabello blanco puro, que sobresalía de debajo de un sombrero negro.

La mujer miró hacia Cloud y sonrió. Cloud apartó rápidamente la mirada. Agarró su mochila, que había estado usando como almohada improvisada, y fingió inspeccionar su contenido. Podía sentir a la mujer acercándose hacia él.

"Buena noche", dijo ella.

Cloud levantó la cabeza. Un rostro apareció mientras la mujer se agachaba a su lado. Un parche de pecas se extendía hacia afuera desde la base de su nariz. Parecía varios años mayor que él, eso era lo que podía suponer, y llevaba una camisa cuyo escote se hundía para revelar su pecho. Sintiéndose incómodo, Cloud desvió la mirada.

"Me llamo Emma", dijo la mujer. "Emma Mossvalley. ¿Y tú?"

Cloud quería deshacerse de ella rápidamente. Todavía no se sentía al cien por ciento.

"Cloud. Cloud Strife."

"Viniste en ese camión, ¿verdad? Entonces eres de Nibelheim?"

"Sí, soy de allí."

Emma asintió satisfecha. "Tu rostro está terriblemente pálido. Déjame adivinar, ¿mareo por movimiento?"

"No, no es eso."

"¿Enfermo, entonces? También estás buscando alistarte en Shinra, ¿verdad? En ese caso, más te vale recuperarte pronto. Si fallas en el examen de solicitud, no podrás volver a intentarlo en medio año."

"¿Eh?" Esa era una novedad para Cloud.

"Aunque, si es solo un poco de mareo, creo que estarás bien."

"De hecho... me mareé un poco... en el camión", confesó Cloud reluctante.

"¡Lo sabía! Veo a mucha gente pasar por aquí, así que lo sabría. Toma, bebe esto." Emma le ofreció una botella de líquido transparente. "Es agua del norte. Lo mejor que hay."

"No, estoy bien."

"Sin embargo, no has comido, ¿verdad? Deberías al menos beber algo. Vamos. Hidrátate y acuéstate hasta que llegue el helicóptero."

"De verdad, estoy bien", dijo Cloud, rechazando nuevamente su oferta.

Emma soltó un pequeño suspiro. "El tipo tercamente obstinado, ¿eh? No tienes que demostrarme nada, ¿sabes? Y esa actitud gruñona, estoy segura de que es porque te sientes mal. No te dejarán subir al helicóptero así."

"Tengo mi pase de abordar."

"Claro. Pero depende del piloto si te deja subir o no. Los pasajeros que no parecen estar listos para el viaje pueden y serán dejados atrás. Siempre podrías tomar el próximo vuelo después, pero tendrás que pagar. El piloto tiene que estar dispuesto a aceptar una carga no programada. ¿Tienes suficiente gil para eso?"

"¿Cuánto?"
"No podría decirte. Depende de lo que esté buscando el piloto."
"No. Me refiero al agua. ¿Cuánto cuesta?" Escuchar a Emma recitar una lista de sus inseguridades no valía la pena el sufrimiento. Era más fácil comprar el agua y deshacerse de ella.
"Llamémoslo un regalo de mí para ti. Para celebrar el comienzo de tu nuevo viaje." Emma lanzó una mirada al anciano. "Solo no se lo digas al abuelo de allí."
"No. Quiero pagar", dijo Cloud. Abrió su mochila y comenzó a buscar su billetera.
"¿Oh? Entonces hagámoslo al precio de lista. Ciento cincuenta gil."
La mano de Cloud dejó de buscar. "Bastante caro."
"Sí. Entonces, ¿por qué no lo tomas? Así es prácticamente gratis."
"Pero no hay razón para que lo haga. Nunca nos hemos conocido antes."
"¿Alguna vez has oído hablar de un acto de bondad?" dijo Emma, y le entregó la botella a Cloud antes de levantarse. "Bueno, vuelvo a mis rondas." Y con un adiós con la mano, se alejó apresuradamente hacia Leon y Joel.

Luego, un oficial se acercó, como si estuviera esperando a que Emma se fuera. Era el conductor, Milo.
"¿Cómo te sientes? ¿Un poco mejorado?"
"No realmente. Todavía me siento mal... ¿Es tan obvio? Que me enfermé por montar en el camión, quiero decir."
"¿Obvio? Oh, ya veo. ¿Esa señora también te revisó?"
"Sí."
"Bueno, claro. Lo noté. Llevo mucho tiempo en este negocio."
"¿Logística militar?"
"Ese es el título del trabajo, pero en realidad ya no estoy con el ejército. Shinra me contrata para hacer recorridos por la zona. Los uniformes son solo para que parezca más legítimo. Incluso tengo un arma en la cabina. A veces los matones intentan llevarse algo de la mercancía", explicó Milo, quitándose el casco. "Equipo real, camión real. Pero el tipo que lo conduce es solo un farsante."
La cara debajo del casco parecía sorprendentemente joven. Milo tenía una cicatriz en la mejilla que parecía haber sido causada por una quemadura.
"Solía ser un soldado genuino, pero... Bueno, ¿a quién le importa mi historia? ¿Tienes alguna pregunta, sobre el ejército o Midgar o algo así? Solo pregunta. Te diré todo lo que sé."
Cloud se sintió confundido, inseguro de las intenciones de Milo. El hombre parecía adivinar su confusión.
"Esa amable madre tuya me dio algunos pasteles y una pequeña propina. Me dijo que estuviera atento contigo y que te mostrara cómo son las cosas cuando tuviera tiempo".
Cloud no sabía que ella le había dado dinero además de pasteles. La noticia lo hizo sentir terriblemente avergonzado. "Oh... no lo sabía", dijo.
"Nada como el amor de una madre."
"Supongo."

"Veamos... ¿Hay algo más que pueda hacer? Oh. ¿Tienes dinero?", preguntó Milo nuevamente. Primero Emma, ahora Milo. "Un poco", dijo Cloud.
"El dinero es importante. La vida en el ejército puede ser bastante cómoda si tienes gil. Algo para tener en cuenta."
"Lo tendré en cuenta."
"¿De qué están hablando ustedes? ¡No nos dejen fuera!" En un abrir y cerrar de ojos, Leon se acercó a ellos. Joel y Emma estaban detrás.
"Los pormenores de sobrevivir en el servicio", respondió Milo. "Después de todo, soy un veterano experimentado."
"No me importaría escuchar sobre la vida en Midgar", agregó Emma.
"Sobreestimulante, si me preguntas. Tentaciones en cada esquina. Es suficiente para marearte. Toda la ciudad apesta a hierro, y ni siquiera una flor brotando del suelo. Es un lugar difícil para los campesinos."
"¡Vaya decepción! Pero aún así me gustaría ir algún día."
"Bueno, no es que sea un experto en el lugar. Pasé la mayor parte de mis días de servicio en campamentos."
"Oye, Cloud", intervino Leon. "¿Qué te enseñó? Es trampa si eres el único que lo sabe."
"¿Trampa?", dijo Cloud bruscamente.
"¿Trampa, eh?", resopló Milo. "La madre de Cloud me dio una propina generosa. Diría que se la ganó justa y cuadrada."
"Una propina. Así que ambos son tramposos: él y su mamá". Leon prácticamente escupió las palabras.
Cloud se levantó de un salto y lo miró fijamente.
"Ahora, ahora", intervino Emma, dando palmaditas ligeras en los hombros de Cloud en un intento de calmarlo.
"Siéntate de nuevo, Cloud", dijo Milo. "Sé lo difícil que pueden ser las cosas a tu edad, pero si te dejas alterar tan fácilmente, tendrás problemas reales más adelante." Se dirigió a Leon. "Y eso también va para ti. No puedes lanzar insultos así. No hay forma más rápida de ser señalado y destrozado por tus superiores. Si quieres salir adelante en el ejército, tienes que saber cómo asentir y sonreír y decir 'sí, señor'. Tienes que leer la situación y ser un buen compañero de equipo. Tienes que ser astuto como una chincheta, y nada menos. Los alborotadores y los que destacan son enviados al frente. ¿Es eso lo que quieres ser? ¿Carne de monstruo?" Milo se rascó la cicatriz en la mejilla con un dedo.
"No me digas eso", hizo pucheros Leon. "Aquí estaba pensando que el ejército de Shinra es un lugar para personas con pasión."
"No te preocupes. Te volverás cínico en poco tiempo."
"Pero no voy a ser un simple soldado", dijo Joel, que hasta entonces había estado callado. "Voy a ser un SOLDADO."
Cloud miró a Joel con sorpresa. Tenía la misma ambición: ser un SOLDADO, no solo un oficial común. No tenía intención de declararlo aquí, pero aun así se sintió derrotado ahora que alguien más lo había dicho antes que él.
"¡Eso es increíble!", dijo Emma, con los ojos llenos de asombro.

"¿Un SOLDADO, eh?" Milo sonaba poco impresionado. "Lo entiendo. Simplemente no puedes evitar querer ser como Sephiroth, el gran héroe de guerra. El ejército está lleno de chicos como tú. Pero dime, ¿sabes siquiera qué es un SOLDADO?"
"Un luchador especial con habilidades de combate mucho más allá de las de una persona ordinaria. Forman parte de un programa que funciona de manera independiente al ejército, y son enviados a resolver todo tipo de crisis".
"Oh, sabes de lo que hablas. ¿Y qué hay de convertirse en SOLDADO? ¿Qué es exactamente el proceso?"
Cloud, por supuesto, no conocía la respuesta a esto. Miró de reojo a Joel y lo vio mordiéndose el labio inferior. Evidentemente, él tampoco lo sabía. Y claramente odiaba ese hecho. Al igual que yo, pensó Cloud. Se sintió avergonzado.
"Enséñame", dijo Cloud. "¿Cómo te conviertes en un SOLDADO?" Se lanzó a la pregunta, tratando de escapar del sentimiento de humillación.
"¿Oh? ¿También apuntas a ser SOLDADO?" dijo Milo, sorprendido.
"Sí," dijo Cloud.
"Bueno, puedo darte una idea general. Primero, tienes que pasar el examen físico para cualquiera que quiera ser oficial. Esto evalúa la salud, la forma física, la vista, la audición y así sucesivamente. También hay un examen escrito. Esa es la parte fácil. Luego, una vez que hayas pasado y te hayas unido al servicio, tendrás que pasar por el entrenamiento básico. Eso te llevará un mínimo de tres meses. Después de eso, tendrás que acumular un año de experiencia en asignaciones. Eso incluye ejercicios así como combate activo. Finalmente, si logras sobrevivir a eso, podrás tomar el examen de aptitud de SOLDADO".
"¿Hay un examen de aptitud?" preguntó Joel con una mirada de reojo a Cloud.
"Por supuesto que lo hay. Se espera que los SOLDADOS sobresalgan en todos los aspectos: habilidades de combate, forma física, fortaleza mental. Una enfermedad o discapacidad te sacará de la contienda de inmediato", dijo Milo mirando a Cloud. "El mareo por movimiento podría ser un problema."
"Entiendo."
"Piénsalo. No quieres a nadie que no pueda funcionar al cien por ciento en cuanto pise el campo de batalla. Diría que eso es cierto para todos los combatientes, no solo para los SOLDADOS".
Joel le dio una palmadita en la espalda a Cloud como si quisiera consolarlo.
"Disculpas. Me pasé de la raya", dijo Milo, y sonaba sinceramente arrepentido. "Cuando te unes al ejército, viajarás por todas partes por tierra, mar y aire. Estoy seguro de que te acostumbrarás. Solo haz lo mejor que puedas."
"Hubo algo que escuché una vez..." La voz de Emma se desvaneció. "¿Es cierto que para convertirse en SOLDADO, tienes que someterte a una cirugía especial?"
Milo miró a Emma. Después de unos momentos, asintió. "Así me han dicho."
Cloud sintió que su corazón comenzaba a latir fuerte. ¿Cirugía? Nadie le había dicho nada sobre eso. "¿Qué tipo de cirugía?" No pudo evitar preguntar.

“Algunos dicen que les inyectan medicamentos especiales desarrollados por Investigación y Desarrollo, o les implantan células de algún monstruo misterioso".
Cloud vacilaba entre la emoción por los secretos de SOLDADO y el miedo a lo que la cirugía podría implicar.
"Así que, si te sometes a esa cirugía, entonces te conviertes en un SOLDADO?" Emma estaba llevando a cabo toda una interrogación.
"Así es. Una vez que te sometes a la cirugía, eres un SOLDADO. Pero si puedes ascender de rango después de eso es otro asunto. El programa está dividido en tres clases: Primera, Segunda y Tercera. La Primera está en la cima, con solo un puñado de operativos principales. Llegar a Segunda es un gran logro en sí mismo. La mayoría de los SOLDADOS nunca llegan más allá de la Tercera. Además, es muy probable que..." Milo cortó su oración. "Bueno, simplemente haz lo mejor que puedas. Incluso en Tercera, seguirás ganando mucho dinero, y nadie puede decir que no eres elite." Mike dio un fuerte golpecito en el hombro a Cloud y volvió a ponerse su casco. "El helicóptero debería estar aquí en treinta. Asegúrate de descansar bien".
"Entendido", respondieron Leon y Joel al unísono.
Milo asintió satisfecho y se alejó hacia el camión.
"Oye..." dijo Emma, observando la figura retirada de Milo. "¿Alguna vez has oído hablar de los Turkos?"
Cloud, por supuesto, no lo había hecho.
"¿Los Turkos?"
"Ellos buscan para SOLDADOS".
"¿Buscar?"
"Sí. Encuentran personas con potencial para convertirse en SOLDADOS. Y si realmente quieren a alguien, lo secuestran y lo obligan a unirse".
"¿Como, los obligan a someterse a cirugía?" Leon frunció el ceño. "Eso es ilegal".
"Pero piénsalo. Saltarse todos los exámenes y entrenamientos que mencionó Milo y pasar directamente a SOLDADO? Es como un sueño hecho realidad para cualquiera que quiera unirse".
"Vamos, Emma," dijo Joel, bajando la voz por alguna razón. "¿Cómo sabes esas cosas?"
"Yo..." La voz de Emma bajó a un susurro. "Lo escuché de ese tipo allí". Moviendo solo sus ojos, Emma dirigió su mirada al hombre de traje negro. Todavía estaba apoyado con la espalda en el chocobo, aparentemente desinteresado en todo lo que sucedía a su alrededor. "Ese tipo de negro... Él es realmente un Turko".
"¿¡Qué!?"
"Viaja por todas partes buscando candidatos a SOLDADO. Debe estar haciéndolo ahora".
"¿Por qué tanto susurro?"
"Porque da miedo. ¿Qué tal si secuestra a alguien?"
"Me gustaría escuchar lo que tiene que decir, sin embargo. ¿No te parece?" dijo Joel, instando a Cloud.
Cloud comenzó a caminar en silencio hacia el hombre.

"Esperen," llamó Joel, corriendo tras él. Emma y Leon lo siguieron. Cloud aumentó su ritmo y se apresuró hacia el hombre, no dispuesto a ser vencido por Joel.
El hombre miró a sus nuevos visitantes, apartando los mechones que asomaban debajo de su sombrero. Tenía unos ojos extraños. Su color no era ni azul ni verde, sino algo intermedio, y parecía haber un patrón en las pupilas.
"No tengo interés en ustedes", dijo el hombre.
"Pero no hemos dicho nada, señor", Joel contraatacó bastante tímidamente.
"Adivino. Han oído hablar del trabajo que estoy haciendo. Bueno, es cierto. Soy un Turko. Y estoy buscando candidatos a SOLDADO. Pero eso significa hombres y mujeres a un paso de la perfección. Ustedes, en cambio..." el hombre se rió, "no son más que niños, más verdes que la hierba en este prado".
"Pero Sephiroth ha sido un héroe desde que era niño", respondió Joel, renuente a rendirse.
"¿Y qué? Él es la cúspide de SOLDADO. No se comparen con él". El hombre se levantó mientras decía esto. Tenía una gran estatura. "Pero respeto su espíritu, sus esperanzas y sueños. Más que cualquier otra cosa, eso los llevará a la victoria en la vida. Me gustaría apoyarlos en ese esfuerzo. Así que si están realmente serios, supongo que podría hacer algunos arreglos".
"¿Qué quieres decir con..." Cloud comenzó a preguntar, pero Joel dio un paso adelante junto a él.
"Sí, por favor. Haré lo que sea necesario".
Emma empujó a Cloud en la espalda, y él se apresuró a seguir su ejemplo. "Yo también lo haré".
El hombre asintió y agarró el mentón de Cloud con una mano grande, moviéndolo arriba y abajo y de lado a lado. "No está mal. Bien adecuado para un héroe". Y luego, mirando a Joel, "Tú ascenderás alto por tus propios méritos".
"Eso es todo lo que deseo, señor", dijo Joel.
"¿Y ustedes dos allá atrás?" preguntó el hombre, dirigiendo su mirada a Leon y Emma. Leon sacudió la cabeza de un lado a otro, mientras Emma inclinaba las palmas frente a su pecho y murmuraba un rechazo educado.
"¿Necesitas someterte a una peligrosa cirugía para convertirte en SOLDADO, verdad?" Leon preguntó abruptamente.
"Sí. Pero solo después de pasar el entrenamiento de oficial y el examen de aptitud, así como el examen preoperatorio".
Cloud se indignó. Otra nueva condición. ¿Cuántos obstáculos tendría que superar?
"Un examen preoperatorio... ¿En qué consiste eso?" preguntó Joel.
"Te inyectamos un compuesto químico para determinar si puedes soportar la cirugía de SOLDADO. Antes de la sustancia extraña que introduciremos en tu cuerpo. El rechazo significaría la muerte".
"Vaya", murmuró Emma.
"¿Qué quieres decir con una sustancia extraña?" Joel insistió.
"Eso, me temo", el hombre comenzó, poniendo un dedo índice en sus labios, "es un secreto".
De repente juntó las manos con un aplauso.

“Bueno, ¿ya recapacitaron, verdad? Los SOLDADOs son seres de otro mundo para ustedes. No hay nada de malo en ser un oficial ordinario. No pasarán hambre. Y tendrán mucho dinero para enviar a casa. ¿No es suficiente? Vuelvan y esperen su helicóptero.”

"Um..." Emma comenzó probatoriamente. "Solo por curiosidad, ¿qué dijiste antes? ¿Sobre hacer arreglos?"

"Les habría presentado al director Lazard. Es el jefe del programa SOLDADO. Con esa conexión, podrían saltar directamente al examen preoperatorio. No habría necesidad de pasar meses como oficial. Por supuesto, si fallaban en el examen, eso sería el fin. Pero mejor eso que pasar incontables días acariciando una falsa esperanza."

Emma y Leon asintieron en acuerdo.

"Sin embargo," continuó el hombre, mirando de Cloud a Joel, "hay una tarifa. Dos mil guiles por persona. Requiere esfuerzo, después de todo. De varios adultos, incluyéndome a mí. Ese es el costo de nuestro trabajo. Al mismo tiempo, demuestra su determinación de convertirse en un SOLDADO, pagando un precio alto como ese."

"Dos mil... Es mucho dinero", se quejó Emma. "¿Quién podría pagarlo?" Luego, volteándose hacia Cloud y Joel, "Al menos ustedes pueden rendirse ahora".

"Hmph", resopló el hombre. "Supongo que nuestra conversación ha terminado. Ahora, váyanse". Con eso, el hombre del traje negro se agachó en el pasto y volvió a sentarse con la espalda hacia el chocobo. El pájaro abrió los ojos por un momento, luego los cerró de nuevo.

"Dos mil guiles, sí como no", dijo Leon.
"En serio", estuvo de acuerdo Emma.
"Debe haber estado mintiendo, pidiendo tanto".

Cloud se estaba sintiendo frustrado mientras la pareja charlaba detrás de él. Acababa de darse cuenta de que había dejado su mochila atrás. Pero cuando llegó al lugar que había marcado, su equipaje no estaba por ningún lado. Mirando a su alrededor, vio a Emma dirigiéndose hacia la tienda mientras Joel y Leon se dirigían hacia el camión.
Cloud cerró los ojos e intentó recordar el momento en que Emma le entregó el agua. ¿Hacia dónde estaba orientado el camión? ¿Qué tan lejos había estado de las fogatas? ¿Dónde estaba posicionado el anciano vendedor? ¿El hombre del traje negro? Abrió los ojos y comprobó que estaba de pie en el lugar correcto. Sí, todo estaba como lo recordaba. Su equipaje tenía que estar por aquí en alguna parte.
Y sin embargo, no podía encontrarlo.
¿Podría haberlo tomado alguien? Si es así, deben haberlo arrebatado mientras hablaba con el hombre del traje negro. ¿Quién era más sospechoso: Milo, el conductor del camión, o el anciano tendero?
No deberías dudar tan rápido de las personas.

La voz de su madre resonó en su cabeza. Cloud inhaló profundamente, luego exhaló.

"Solo voy a hacerle una pregunta", pensó, excusándose con nadie en particular, y comenzó a caminar hacia el anciano.

"¿Eh?", dijo después de solo tres pasos. Su mochila estaba tirada en el suelo frente a él.

Sentado en el pasto, Cloud rebuscó en el contenido de su mochila. Contenía un paquete de tartas aplastadas, cambio de ropa para dos días y su billetera. Esta última, una bolsa de cuero demasiado rudimentaria para considerarla una billetera real, se decía que había sido usada por su difunto padre. Dentro había dos mil guiles.

"Toma esto contigo", le había dicho su madre, entregándole la bolsa de cuero. "Hay dos mil guiles ahí dentro. Gastalos con cuidado, ¿de acuerdo?"

"Mamá. El ejército se encarga de todo: gastos de viaje, comida, incluso un cambio de ropa una vez que lleguemos allí. Estaba escrito en el circular, ¿recuerdas? Sé que lo viste".

"Sí, lo vi, pero esto es diferente. Esto es para otras cosas".

"No lo necesito", dijo Cloud, empujando la bolsa de nuevo hacia sus manos.

"Ya sabes, tu padre solía decir algo", dijo su madre, su voz haciéndose más suave. "Él decía: 'Con dos mil guiles, podría ir a donde quisiera y deshacerme de cualquier cosa que me moleste'. Por eso, cada vez que ahorrábamos casi dos mil guiles, yo secretamente salía y los gastaba".

"¿De verdad?"

"Pero tu padre ha estado ausente durante tanto tiempo ahora. Supongo que finalmente bajé la guardia". Por un momento, el rostro de su madre vaciló. "Tómalo. Es lo menos que puedo hacer".

El amanecer parecía estar llegando. Las siluetas de las montañas que rodeaban la estación de transferencia se alzaban sorprendentemente cerca. Las hogueras seguían ardiendo en el prado, parpadeando en la semioscuridad entre la noche y la mañana.
Cloud se sentó con su mochila apretada contra su pecho, mordisqueando una tarta aplastada.

"No voy a gastar este dinero. Solo lo guardaré".

Cloud recordó la promesa que se había hecho a sí mismo cuando dejó el pueblo. Pero unas horas más tarde, ese juramento ya había comenzado a flaquear. Con un simple apretón de manos, esos dos mil guiles podrían hacer realidad su sueño. El camino para convertirse en un SOLDADO, tal como se le reveló en este prado, era mucho más tortuoso de lo que jamás había imaginado. Incluso si lograba convertirse en un oficial, aún tendría que sufrir tres meses de entrenamiento básico y un año de ejercicios y combate en el campo. Esos meses parecían una eternidad para Cloud. Y más allá de esa eternidad estaba el examen de aptitud y el examen preoperatorio. Si no pasaba ni uno solo de ellos, perdería su oportunidad de convertirse en un SOLDADO.

"¿Qué pasa si no paso?"

Tal vez renunciar a su sueño y servir como un soldado raso no sería tan malo. Tal vez la vida sin incidentes que Milo había descrito era lo suficientemente agradable una vez que te acostumbrabas. Pero Cloud era demasiado joven para imaginar la vida a largo plazo.

“No lo sé.
No quiero terminar como Milo, sin embargo.
Sí. Definitivamente no.
Supongo que sí quiero ser un SOLDADO.
Pero la idea de la cirugía me asusta..."

¿Y qué tipo de cirugía era? Según el conocimiento de Cloud, la cirugía implicaba coser heridas y extirpar órganos, cosas que se hacían para tratar lesiones o enfermedades, no implantar sustancias extrañas en el cuerpo de las personas. ¿Qué tipo de operación era esa? La idea de abrir el abdomen de alguien y empujar un monstruo del tamaño de un pulgar dentro de sus entrañas era suficiente para hacerle sentir enfermo.
“Cambio de horario, todos”. La voz de Milo resonaba en el claro del amanecer. “El helicóptero estará aquí en cinco minutos. Prepárense para partir y reúnanse frente al camión.”
Algo se movió en la esquina de la visión de Cloud. Era Joel. Estaba corriendo hacia el hombre del traje negro. Cloud se puso de pie de un salto y entrecerró los ojos hacia la escena. Observó cómo Joel se agachaba junto al hombre y le mostraba un puñado de monedas. El hombre se quitó el sombrero y lo tendió a Joel boca abajo antes de decir algo. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Joel. Él vació el dinero en el sombrero, y el hombre habló de nuevo. Joel asintió con entusiasmo. Finalmente, se estrecharon las manos.
Joel le dio un pulgar arriba a Cloud mientras se dirigía hacia el camión. Justo en ese momento, un ruido violento pero rítmico resonó a lo lejos. El helicóptero había llegado.
“¡Cloud!” La voz de Emma resonó. “¡No quieres tener arrepentimientos más tarde! ¡Piénsalo bien!” Pero antes de que Emma pudiera terminar, Cloud había comenzado a caminar hacia el hombre de negro. No quería que pareciera que se estaba apresurando para vengarse de Joel, o que estaba haciendo algo porque Emma le dio un empujón. Esta era su decisión. Para convertirse en un SOLDADO, haría lo que fuera necesario. Si había un camino, lo recorrería. Si había una puerta, la abriría.
Después de todo, ¿no había declarado eso mismo a Tifa? Esta era su elección, y solo suya. Se convertiría en algo excepcional. Un SOLDADO. Un héroe. Alguien especial para Tifa.

El hombre con los ojos extraños miró a Cloud mientras dejaba caer su mochila, sacaba su billetera y sacaba el dinero.
“Dos mil gil, ¿verdad?”
El hombre dijo algo, pero fue ahogado por el sonido del helicóptero descendente.
“¿Qué?”
El hombre tomó los dos mil gil con un movimiento brusco y acercó su boca al oído de Cloud. “Después de enlistarte, espera medio mes. El Director Lazard te llamará personalmente. Te preguntará si estás realmente listo para convertirte en un SOLDADO. Lo que suceda después depende de ti. Y recuerda, no digas nada de esto a nadie.”
El viento y el rugido provocado por el helicóptero que aterrizaba envolvieron la estación de transferencia.

Cloud estaba sentado en su habitación en los barracones del ejército de Midgar, remendando un desgarro en su uniforme. Los hilos se habían estado deshilachando desde que fue emitido. Los uniformes como estos a menudo se volvían ajustados a medida que los reclutas adolescentes que los usaban crecían. Por esa razón, los trajes proporcionados eran casi todos reciclados. Si sobornara a la persona a cargo, probablemente podría conseguir un nuevo juego, pero Cloud no tenía dinero para hablar. Lo que Milo había dicho era cierto: un poco de gil puede mejorar mucho tu calidad de vida en el ejército.

Casi un mes había pasado desde que Cloud había llegado a Midgar, pero no había escuchado nada del Director Lazard, cuya llamada esperaba más ansiosamente que su sueldo.

Joel estaba entrenando en Junon. Tampoco había noticias de que se convirtiera en SOLDADO. Mientras tanto, Leon había fallado en el examen de aptitud y no había podido unirse al servicio. Aparentemente, ahora vivía en los barrios bajos.

Cloud maldijo mientras la aguja atravesaba la yema de su dedo. Hasta hace un mes, apenas había tocado un kit de costura. Pensó en su madre haciendo labores de costura hasta tarde en la noche. Hasta ahora, solo le había enviado una postal para anunciar que había ingresado con éxito al ejército.

Un golpe sonó en la puerta. Se abrió para revelar a una mujer vestida con un traje negro. Una Turko. ¿Aquí para entregarle su tan esperada invitación del Director Lazard?

"¿Cloud Strife?" dijo ella.

"Sí, señora", respondió él, incapaz de contener la emoción en su voz.

"Me gustaría tu cooperación para investigar un incidente".

"Está bien..."

Aparentemente, no estaba siendo convocado. Pero, ¿de qué se trataba este incidente? Cloud se sintió perplejo.

"¿Conoces a un hombre llamado Ross Leafdale?"

Ross Leafdale. Nunca había escuchado ese nombre.

"No, señora".

"Hace aproximadamente un mes. La estación de transferencia. ¿El puesto de venta te suena?"

Cloud pensó en la estación de transferencia, recordando la escena. ¿Había habido un puesto de venta?... "Oh," dijo. "¿El anciano?"

"Ese es. El Sr. Ross Leafdale es el cuidador de esa estación de transferencia. Corta el césped y construye las hogueras por la noche. Gana un poco de dinero con su puesto de venta, aunque técnicamente no se le permite".

"Sí, lo recuerdo".

"Tu nombre apareció en el testimonio dado por este Sr. Leafdale".

"Ya veo", dijo Cloud. No podía ver a dónde iba la conversación en absoluto, y eso lo hizo sentir incómodo.

La Turko sacó una foto de una carpeta que estaba sosteniendo y se la mostró a Cloud. Mostraba el rostro ligeramente sucio de una mujer. Algo en eso lo hizo sentir incómodo. Tal vez fue el hecho de que los ojos de la mujer estaban cerrados.

"Conoces a esta mujer muerta, ¿verdad? Dime su nombre".

¡¿Muerta?! No. Ser un novato no era excusa para estar molesto por un cadáver. Los oficiales deberían estar hechos de cosas más sólidas. Miró la foto nuevamente. Finalmente notó las pecas en el rostro de la mujer.

"La reconozco. Emma. No recuerdo su apellido." No podía apartar la mirada de la imagen. "La mujer del puesto de venta".

La Turko asintió satisfecha.

"Según el Sr. Leafdale, esta mujer apareció tres días antes de que pasaras por la estación de transferencia y se ofreció a ayudarlo con su trabajo. Aunque le pareció sospechosa, el Sr. Leafdale aceptó su oferta debido a su avanzada edad y la creciente dificultad de sus tareas. Ahora, ¿qué me dices de este?"

La mujer sostuvo una segunda fotografía. Esta mostraba el rostro de un hombre. Sus ojos también estaban cerrados. Otro cadáver.

"¡Oh!" Esta vez lo reconoció de inmediato. El cabello blanco puro esparcido alrededor de la frente del hombre era instantáneamente reconocible. "También estaba en la estación de transferencia. Supongo que nunca le pregunté su nombre. Pero dijo que era miembro de los Turkos".

"¿¡No le preguntaste su nombre!?" La mujer miró fijamente el rostro de Cloud.

"No, señora".

"¿Y aún así le diste tu dinero?"

"…Sí, señora".

"‘Te convertiré en SOLDADO.’ ¿Es eso lo que te dijo?"

"No fueron sus palabras exactas, pero sí, básicamente".

La mujer asintió vigorosamente.

"Sin embargo, ¿cómo murieron? Quiero decir… ¿Cuál fue el incidente?"

"Para responder a tu primera pregunta: murieron porque los maté."

Cloud miró a la mujer con asombro aturdido.

"Mira esto", dijo la mujer, y mostró otra foto.

Cloud se preparó para otro cadáver, pero esta vez era diferente: una imagen de un hombre y una mujer en lo que parecían ser los barrios bajos de Midgar. Estaban sentados en un diner, comiendo en una mesa frente a frente. La mujer sonriente era Emma; el hombre tenía el pelo blanco y llevaba un traje negro.

"Eran padre e hija. El nombre del hombre era Pepper Rhodes. Mint Rhodes era la hija. Emma era su seudónimo. Eran una pareja de estafadores que se hacían pasar por Turkos. Encontraban a personas ingenuas con dinero y los estafaban con promesas de convertirse en SOLDADO o de conocer al Presidente".

Y yo fui uno de esos ingenuos. Lo había adivinado en cuanto vio la foto de Emma, de Mint, muerta. Esa llamada del Director Lazard nunca llegaría, y nunca recuperaría sus dos mil giles.

"Intenté arrestarlos, pero ambos huyeron, así que los disparé y los maté. No fue mi intención, pero así fue como resultaron las cosas. Por eso no tenemos una confesión. Siempre existe la posibilidad de que fueran falsamente acusados. A la empresa no le importa de ninguna manera, pero personalmente me ha estado inquietando. Demasiado turbio para mi gusto.

Por eso quería encontrar a alguien que pudiera testificar que fueron estafados por estos dos. Gracias a ti, ya no tengo que ser torturada por una conciencia culpable", dijo la mujer con otra sonrisa satisfecha antes de alejarse de Cloud, pero rápidamente se volvió.
"¿Cuánto les pagaste?"
"Dos mil giles."
"Vaya", dijo la mujer, dándole un ligero golpe en el pecho a Cloud. "Eres un tonto."

Cloud esperaba el ascensor en el piso bajo de la sede corporativa de Shinra. Junto con los otros nuevos reclutas de su edad, estaba allí para asistir a un seminario sobre la energía mako.
"Es el Director Lazard", alguien susurró. Cloud miró a su alrededor y vio al director cruzando el vestíbulo hacia la entrada principal. Estaba acompañado por un grupo de hombres y mujeres con trajes negros: los Turkos. Uno de ellos era la mujer que lo había visitado en los cuarteles.
"¡Director Lazard!" llamó uno de los reclutas.
El director se detuvo.
Entonces otro recluta levantó la mano y gritó: "¡Quiero convertirme en SOLDADO! ¡Por favor, cuide de mí, señor!" La tensión se apoderó del piso ante las palabras poco tactful del recluta. Pero para sorpresa de todos...
"Sigan así, entonces", dijo Lazard con una sonrisa. "Esperaré tenerlos aquí".
Los ojos de Cloud se encontraron con la Turko que esperaba pacientemente detrás del director. Pero la expresión de la mujer no cambió en absoluto, y siguió al director cuando este se puso en marcha de nuevo.
El ascensor llegó. Cloud mantuvo sus ojos en el séquito del Director Lazard mientras sus compañeros oficiales subían al ascensor.
Imagino que ya me ha olvidado.
"Apúrate y sube", dijo alguien.
"Claro. Ya voy", respondió Cloud, volviendo al ascensor. Estaba lleno de oficiales que llevaban el mismo uniforme y casco que él. De repente, una sensación de temor llenó su pecho. ¿Alguna vez me convertiré en alguien especial?
"¿Qué pasa? ¡Date prisa y sube!"
No había otra opción. Cloud se adentró en la multitud de nuevos reclutas, una multitud de don nadies.