Tras muchas horas de juego, debo decir algo.
Más allá de la historia, del concepto artístico, de la banda sonora y de la gran extensión del mapa, debo valorar muy positivamente el mimo y el cuidado que le han dado a este juego. Por la simple razón de que en un mapa tan extenso, es complicado tenerlo tan cuidado, y ese cariño se percibe al comprobar que allá donde vayas, por muy remoto que sea ese lugar y por muy escondido que esté, siempre habrá un minijuego, una piedra que levantar o un rompecabezas con un kolog escondido dispuesto a darte una semilla con sus ruiditos de adorabilidad.
Sorprendente, sin duda.