Algunos con 60 horas tienen el juego terminado, las bestias divinas e incluso hasta todos los santuarios.
No creo que sea falso, ya que no encuentro ningún motivo lógico que les lleve a ello, pero a mi parecer este Zelda merece ser paladeado, no tomado a cucharadas grandes. En mi caso, llevo unas 70 horas, unos 45 santuarios, 1 bestia divina, 110 kologs, 4 recuerdos, y algo más de la mitad del mapa descubierto.
Por norma general, a las 60-70 horas en un sandbox quiero meter el sprint final, acabarlo. Aparte de porque empiezo a cansarme, porque también siempre tenemos un par de juegos nuevos a los que hincarle el diente. Pero con este Zelda tengo la sensación que apenas acabo de empezar, quiero mucho más y no tengo ganas de que se acabe. Quiero descubrir mucho más secretos, hacer recetas más potentes, aniquilar a esos guardianes y centaleones, los mismos de los que antes huía cual rata, trepar montañas y llegar a sitios cada vez más inaccesibles, encontrar kologs, santuarios, mejorar armaduras, etc. Me parece que el secreto de que sea tan adictivo es la fórmula de muy muy pequeñas recompensas y esa sensación continua de pequeños progresos en un mundo tan hostil.
En otros sandbox tengo la sensación de estar OP muchísimo antes de las 70 horas, de ahí también parte del aburrimiento. Aquí con 70 horas aún me siento muy vulnerable, y para mí ahí radica gran parte del éxito. A algunos no les gusta, pero a mi me parece un puntazo tremendo la durabilidad de las armas, ya que te saca continuamente de tu zona de confort, obligándote a gestionar muy bien tus recursos, a valorarlos debidamente. Sin hablar de las rupias, creo que en ningún sandbox fui tan avaricioso con el dinero.