RESOLUCIÓN NOCTURNA
Estaba claro, la última vez que hubo una batalla contra Shishio, Kenshin salió victorioso, como era habitual. En su memoria, su compañía con polvo del suelo, se pintó una cruz en la mejilla. Kaoru y Misao, lucían sombrías, hambrientas de venganza, lo mismo con Sanosuke que para él, Kenshin un hermano, y para Yahiko, un héroe.
Shishio con su risa perturbadora se rió de ellos cual persona que se burla de algo. Se levantó del trono y lo apartó de una patada. El resto del Juppongatana lucía a su lado, con cara de pocos amigos. Shishio cambió de parecer, y cambió de expresión, como si se le hubiera caído una máscara invisible. Sus ojos de rencor, de locura y de rabia estaban directamente dirigidos a Seijuro Hiko, que había acabado de entrar en escena, y a Misao y Aoshi, los Oni que habían trabajado para él. Venganza por la muerte de su mujer, Yumi que le había sido fiel hasta el final y venganza por Seta, su más fiel pupilo. Incluso por el guardián, aquel patán que creía él, había cumplido con su deber hasta el final.
El cuerpo de Shishio emitió humo, la temperatura corporal aumentaba, los dientes le rechinaban y saltó cual fiera salvaje a su presa. Aoshi encaró el golpe directo de Shishio protegiendo a su pupila Misao, y a la viuda de Kenshin, Kaoru. Con las manos abrasadas, Aoshi cayó arrodillado, Misao a su lado le examinó con cuidado.
Hiko se abalanzó contra Shishio, en golpes y estocadas perfectas, y Kaoru le ayudó, y Sanosuke que estaba harto y quería irse al bar, y Yahiko que se había quedado sin héroe, y Megumi harta de tener que esconderse, y todos los aldeanos y buenos amigos de Kenshin que lloraron su perdida.
Shishio perdió el control de la situación y se alejó de ellos. Eran muchos y algunos con buenas cualidades para la lucha. Agarró fuertemente su katana y embistió de nuevo. Kaoru esta vez se interpuso y se adelantó a Hiko: "¡Por Kenshin!" Sacó su bokken y justo en el momento en que Shishio iba a ensartar a Kaoru, estalló en una llama infernal. Shishio dejó ir la katana enseguida y se tiró al suelo, intentando apagar el fuego que lo consumía. Anju, lanzó unas bombas de humo, corriendo una cortina de humo, pero no consiguieron apagar los quejidos y gemidos que habían herido de gravedad a Shishio.