- Luna: "Puede dormir en mi casa, mi ilustre alcalde, pues tengo cuartos y camas de sobra. Mi deseo al participar en esta villa siempre fue la de montar mi propia posada para servir cerveza artesana. Ya sabe, quizá es el primero en decirme qué tal está
"
- Alcalde: "Oh, ohh... bien. No... no consumo alcohol y menos en una situación tan delicada como esta que requiere un cerebro funcional".
- Luna: "¡No pasa nada! Pero véngase hombre, incluso podría venirse quien usted quiera, quizá así estamos más seguros por la noche."
Sorprendido de tal proposición, y bajo una situación surrealista (pues los matan como a hormigas y parece que les importa cero), el alcalde se mantuvo dubitativo por unos momentos pero accedió.
Casa de Luna
- Luna: "Pues verá Alcalde: estos son los aposentos; este será el comedor principal y esta zona de aquí las letrinas, próximas a los habitáculos con barreños para bañarse después. No se preocupe por el frio, hay un brasero junto al barreño, aunque si lo prefiere puedo prepararle agua caliente, ¡pero solicítela primero! Ya sabe que fuera de la villa se lleva un movimiento igualitario, por lo que toda estancia en mi posada es mixta. No se altere si en algún momento compartimos sala, de momento vivo bien en soltería, jaja."
El alcalde se sintió por momentos incómodo, pero lo cierto es que era una casa/posada bien recogida y caldeada, sin duda reconforta y ayuda a relajar los músculos. Cargar con el peso del destino de la villa y la muerte de varios colegas suyos le ha generado diversas contracturas. Cenaron juntos y el alcalde decidió darse ese tan sugerente baño de agua caliente, por lo que Luna fue a preparárselo. "Desnúdese y deje la ropa junto a la puerta, puedo lavársela ya puestos. Le prestaré un albornoz y así puedo contar con su opinión, los he confeccionado yo misma
." le dijo Luna, algo que daba vueltas en su cabeza cual pajarito, ante tanta delicadeza y tacto.
Se escucharon dos golpes en la puerta *Toc, toc*, acto seguido la puerta se abrió y Luna entró.
- Alcalde: "¿Para qué llama si no pide permiso?"
- Luna: "Por precaución, por si no estaba acostumbrado, ¡pero ya le avisé! Sólo venía a consultar, ¿se encuentra el agua a su gusto?"
- Alcalde: "S-sí..." - el alcalde advirtió de la placa de alcalde que Luna lucía en sus ropajes - "Perdone... ¿por qué ha cogido mi chapa?"
- Luna: "Oh, ¿esto? Nada, algo que me pertenece."
- Alcalde: "¿D-disculpe, que le pertenece? ¡Es la chapa que luzco yo!" - se levantó el alcalde del barreño quedando al descubierto.
- Luna: "Efectivamente, pero me pertenece. En su elección a alcalde hubo trampa. ¡Ozono dijo que no importa lo que decimos sino lo que realmente pensamos! Sé por su mirada y su... bueno, ¡eso! que usted cree en mi, su autovoto no fue honesto y la alcaldía me pertenece. ¡Fíjese, si podría dar cobijo a medio pueblo! ¿Es que trama algo usted en privado en casa? ¿Por qué si no debe vivir solo? ¿Por qué tanto secretismo? ¿Acaso es esto el Área 51 española? ¡No me parece correcto ni adecuado, y en el fondo, creo que no lo esta llevando bien! Si me dejase guiar a mí vería como logramos acabar con todos... ¡y usted quizá podría unirse!"
Esas últimas palabras le sentaron alcalde como un puñetazo en la cara, que retrocedió y casi se resbaló dentro del barreño. Decidió salir y acercarse a Luna.
- Alcalde: "¡Pero que tontería es esa! ¿Formas parte de ellos? ¡Deberías decirme quienes son, debemos parar esta locura!"
- Luna: "¡No! Mis colegas tienen razón, la gente de la villa no lo entendería nunca, ¡por eso debemos exterminaros!"
El alcalde y Luna forcejearon con la ventaja de que el alcalde, al prescidir de vestimentas, tenía una mejor posición en la batalla pues él sí podia agarrarla de sus ropajes ganando fuerza adicional. Se tambalearon y Luna cayó sobre las brasas, comenzando a arder.
- Luna: "¡Noooo, mi sueño! ¡Por favor alcalde, sáqueme de aquí!"
Pero el alcalde permaneció inmóvil, la experiencia de ver perecer a otra gente frente a él le ha aportado un bonus de estoicidad.
Luna ardió y con ello comenzaron a saltar chispas que se extendieron por la casa, causando una columna de humo el cual hizo que otros miembros de la villa acudiesen a la posada. El alcalde salió.
- Alcalde: "¡Era uno de ellos, una conspiradora! ¡Necesito ayuda, hemos de recabar pruebas antes de que la posada caiga!
Ciertamente, si no hubiese sido porque entraron a recoger pruebas incriminatorias podrían haber acusado al alcalde de asesinato. De todo el montón de papeles y objetos extraños que recuperaron había un certificado que indicaba
"conspiradora raso".
- Hombre corpulento: "Alcalde, parece tener razón. El aspecto de estos objetos hace que se asemeje a una secta, y el certificado este... extraño, ¿no es así?".
- Alcalde: "Sin duda, pero veremos que ocurre en esta noche. Hemos dado un paso adelante pero auguro un porvenir difícil todavía."