Mis primeros recuerdos con Xbox se remontan al año 2006, cuando a mi primo le regalaron una 360 con el Gears of War y me voló totalmente la cabeza. Pedí el mismo pack para esas navidades y así entro Xbox a mi vida. Tenía 14 años por aquel entonces. Recuerdo que en el instituto me llamaron loco: que en Xbox no había Kingdom Hearts, ni Final Fantasy, ni Tekken, que me iba a perder el The last Guardian que estaba ya al salir (
) y mil historias más.
Era ya usuario de Playstation 2, pero le metí muchas horas al Dead Rising, Kane and Lynch, Star Wars Force Unleashed, Resident Evil 5, Grand Theft Auto IV, Alan Wake... y parecía haber hecho una buena compra, ya que la gran mayoría de multiplafatormas se veían mejor en la blanquita de Microsoft
Al final aparecieron las luces rojas en la máquina y me regalaron otro pack con Call of Duty World at War, al que también dediqué infinidad de horas y le saqué los 1000G
Pasaron unos cuantos meses más y decidí dar el salto a la 360 Slim, recientemente anunciada y que gracias a una promoción de GameStop me salió bastante bien de precio, haciendo cambiazo por mi modelo de 60GB
Fue un salto grande. Wifi integrado, disco duro de 250GB, la máquina era más pequeña y fiable... me encantó y le eché muchas horas también. Ese fue el modelo que se vino conmigo cuando estudié la carrera en otra ciudad (Murcia), y en ella le eché bastantes horas al F1 2010, Bayonetta, Kingdom Under Fire Circle of Doom, Deathsmiles...
Voy a intentar ir aligerando en mi relato que se os va a hacer muy pesado
La decepción vino en 2013, con el famoso anuncio de ONE y las contrapolíticas de PS4. Al final me decanté por la máquina de Sony, concretamente el modelo de PS4 blanca que venía con Driveclub, me parecía una máquina preciosa, pero no me terminaban de gustar ni el mando, ni los menús, ni los juegos...
Mientras, ONE iba sacando juegos que si bien no eran apreciados por la prensa, me hacían girar la vista con cierta curiosidad: RYSE, Dead Rising 3, Killer Instinct,
Al mismo tiempo, Microsoft se iba echando para atrás en sus políticas y lanzaron un pack dejando a Kinect fuera, dieron la patada a Don Mattrick y veía un futuro muy interesante en el ecosistema Xbox, que en el fondo echaba bastante de menos. Tras pensarlo, tomé la decisión de vender mi PS4 y hacerme con una ONE de segunda mano junto a RYSE y Dead Rising 3, y amigos, qué buena decisión tomé
Recuerdo gritar cuando anunciaron la retrocompatibilidad con 360, para mí un auténtico puntazo que mucha gente parece despreciar sin motivo
Un par de años más tarde, con mi primer sueldo, me compré el maravilloso pack de la Xbox One S junto al Assassins Creed Origins
de las consolas más bonitas que he tenido en mi vida.
A finales de 2018, de nuevo currando en otra ciudad (Jaén) y en cierta manera por un arrebato consumista, me compré la Xbox One X en un pack con el que regalaban Shadow of the Tomb Raider y Red Dead Redemption 2. Hasta que no metí este último no fui consciente de que estaba ante la mejor consola del mundo. Ninguna le podía toser a la nueva bestia de Microsoft
Meses más tarde y también por otro arrebato consumista, me compré esta preciosa edición Gears of War 5, pero la terminé vendiendo porque lo mío era un canteo
Y llegamos hasta Series X, máquina que me enamoró desde que la anunciaron. Tenía muchas ganas de meterle juegos de todas las generaciones y alucinar con las mejoras. Con mi reserva hecha, me planté en Mediamarkt el día 1 a recoger mi Series X. Nunca he disfrutado tanto desempaquetando una consola. Vaya embalaje, atención al detalle, respeto al consumidor y buen gusto/elegancia. Esta tarde me toca currar mientras emiten el evento de Xbox, pero intentaré verlo de tapadillo sin que me descubran
Lo cierto es que Xbox me ha acompañado desde que tenía esos 14 añitos que decía al principio. He pasado el instituto, la universidad, he tenido trabajos en distintas ciudades, he estudiado oposiciones (las cuales he aprobado hace 3 días
), han ido y venido novias y amigos, pero en todos las etapas de mi vida he tenido una Xbox en junto a mi tele para hacerme desconectar y vivir emociones muy chulas. Es algo que dificilmente se puede expresar con palabras.
¡Un abrazo a todos los que hayan llegado hasta aquí y nos vemos en otros 20 años!