Es ahora cuando más claro debemos verlo, la oscuridad que ya casi cubre a todo el país y el miedo es el tema de conversación en todas las casas.
Ya no es posible planear un futuro de vida porque hay miedo a perder el trabajo, y por extensión, miedo a que todo lo que queremos construir se derrumbe, porque cualquier empresario nos puede despedir el día de mañana por un motivo trivial, y el estado le protege.
El miedo también está en los estudiantes, porque una vez hayan terminado la carrera no saben dónde van a acabar trabajando, y en consecuencia, caen en la desilución y la incertidumbre, y sobre todo, en la decepción de haber estudiado tanto para terminar en trabajos donde tienen que limpiar y fregar, porque solo hay empleo precario, y además con la inseguridad de que te pueden echar mañana mismo sin más.
El miedo ha avanzado ahora hasta a la libertad de expresión.
Ahora ya es real el miedo a manifestarse, porque sabemos que en cualquier momento los agentes de la ley te pueden golpear y quebrar la cabeza por gritar un cambio, y el estado les protege.
Vivimos en un pais secuestrado, sometido y humillado. Y quienes lo someten son una minoría, una ridícula minoría que no tiene ningún poder real, ningúna posibilidad real para reprimir a todo un país, pero que nos han convencido que los elegimos democráticamente un día en el que les votaron, y como tenemos que respetar esa regla ya pueden hacer y deshacer con nuestras vidas todo lo que se les antoje.
Y yo me pregunto: por qué tenemos que aguantar? Por qué?
Entre nosotros hay quien dice que no debemos usar la violencia porque sería actuar como animales. Yo digo que no somos violentos, ni lo queremos ser.
Lo que sí que debemos ser es prácticos y concretos: debemos usar la violencia con un objetivo útil, saber cómo usarla, durante cuánto tiempo y contra quién, y única y exclusivamente para conseguir un objetivo.
Fuera de dicho proceso la violencia es completamente injustificada e innecesaria.
Los cambios pueden hacerse de dos formas: mediante consenso o mediante discrepancia agresiva.
Mediante consenso consiste en que ambas partes, políticos y ciudadanía, acuerden que los políticos dejen de corromper y devuelvan el dinero robado, y además cedan voluntariamente el control del país a los ciudadanos. Eso puede suceder?
No, no va a suceder, y todos lo sabemos.
El cambio necesariamente va a suceder mediante agresión y fuerza: tenemos que someter y apresar a la minoría que ha detentado el poder, juzgarla e inhabilitarla, y para ello cualquier metodo es aceptable.
Vamos a jugarnos la vida de los ciudadanos españoles solo por no querer producir el cambio si se roza un milímetro la mejilla a un político?
Todo esto no es factible sin vosotros.
Para hacerlo hay que creer en ello, en que el cambio es imprescindible, porque de este movimiento dependerá no ya la prosperidad ni el bienestar de un país, sino simplemente la supervivencia de España. Supervivencia, es decir, tener lo mínimo para hacer una vida que sea vida: trabajar, comer y dormir, y hacerlo no con miedo, como ahora, sino con tranquilidad y en paz. Trabajar sin miedo a que te despidan, comer sin miedo a que mañana ya no tengas alimento, dormir sin miedo a que mañana vengan a desahuciarte.
No vamos a luchar, agredir ni violentar por odio a una persona que es político. Vamos a hacer todo eso porque dicho político no va a irse por voluntad propia, y no nos ha dejado otra vía que la violencia aplicada al fín de expulsarle del poder al que se aferra. Y no olvidemos: no es únicamente contra los políticos, sino contra toda su red de corrupción que engloba tanto a sus familiares, amigos, allegados, socios, etc. Toda una casta que ha engordado sus cuentas bancarias, directa e indirectamente, sabiendo cómo lo hacían, mediante quién lo hacían, y a costa de quién lo hacían.
Esta lucha y esta violencia es para recuperar el país.
Ni más ni menos que para eso, y todos, todos, tenemos que arrimar el hombre en conjunto.
Y por supuesto que lo vamos a conseguir.