Allá van unas primeras impresiones.
Por dónde empezar. Vale. Lo primero que hice fue colocar el protector de pantalla. El que viene con la funda oficial es un sencillo protector de plástico que se coloca fácilmente, a mí me ha quedado perfecto. Digo esto porque antes me lo han preguntado. Y sobre la funda, bueno, una funda sencilla que de no ser por incluir el protector no la habría comprado.
A lo que vamos. Lo que más me ha llamado la atención es lo diminuta que es tanto la consola como los joycon. Esperad a tenerla y veréis, os va a sorprender. Los materiales parecen tener una textura de piel de melocotón de muy buena calidad. Tanto la consola como los mandos parecen estar muy bien ensamblados, sin holguras. No se que más decir ya que se ha visto todo en vídeos. La configuración inicial bien, imposible de actualizar por ahora.
Algo que no me ha gustado es que cuando la consola está en el Dock no parece estar bien sujeta. Tiene sentido ya que debe de ser fácil sacarla sin arrastrar el Dock, pero bueno, como se queda en la mesa no hay problema.
Puntazo para el mando pro. Soberbio. Tanto por los materiales (de verdad, vale hasta el último euro que cuesta), como la distribución de botones está a años luz de el mando pro de Wii u. Y pesa. De no ser porque los gatillos no tienen recorrido estaríamos hablando de un mando mejor que el de Xbox One, si no lo es ya. Jugar al Zelda con el hace que el mando perro se sienta hasta de juguete.
En fin, que la consola es un caramelito. Cuesta imaginar qué clase de brujería han hecho para que mueva Zelda como lo hace. Y esto es solo el principio.