Si bien estas cifras son irrisorias si se comparan con los datos de otras compañías, hay que tener en cuenta que en 2016 AMD declaró unas pérdidas de 497 millones de dólares y sus perspectivas de futuro eran, como poco, aciagas. Esta trayectoria en ascenso se fundamenta principalmente en el éxito de Ryzen y sus tarjetas gráficas de nueva generación, que han gozado de una buena acogida por motivos bien distintos. Así lo demuestran unas ventas generales que aumentaron un 25% con respecto a las registradas en 2016.
Trimestralmente AMD registró unos ingresos de 1.480 millones de euros durante el último cuarto de 2017, de los cuales pudo extraer un beneficio de 61 millones de dólares. Este es el segundo trimestre rentable consecutivo para AMD, puesto que la compañía también obtuvo beneficios (los primeros en tres años) en el tercer trimestre.
La venta de tarjetas gráficas, por su parte, ha levantado el vuelo no gracias al consumidor de a pie, sino a los mineros. AMD está vendiendo GPU Radeon a buen ritmo gracias a su buen funcionamiento como herramienta de procesamiento para blockchain. Según Lisa Wu, máxima responsable de la compañía, las ventas derivadas de las criptodivisas han tenido un impacto "de un dígito" en los ingresos de la empresa, aunque podría ser superior.
Tarjetas populares entre los mineros e inmunización contra Spectre
En este sentido Wu quiere ser cautelosa. La venta de tarjetas Radeon a los mineros es un negocio que no puede ignorar, pero al mismo tiempo es sumamente volátil y podría dejar a la compañía con un stock masivo e imposible de colocar en caso de que se produzca ese temido pinchazo de las criptodivisas. Por este motivo AMD no piensa apostar con fuerza por este mercado. Sus esfuerzos para diversificar ventas se centran ahora en sectores como la industria automovilística y la inteligencia artificial, donde Nvidia le lleva ventaja.
La escasez de tarjetas Radeon, no obstante, tiene más causas que el minado de criptodivisas. Wu afirma que los problemas en el suministro de memoria GDDR5 y HBM está generando un cuello de botella importante, motivo por el cual está trabajando con la cadena de proveedores de cara a los lanzamientos de 2018. Mientras tanto, la compañía ya está acelerando la producción de unidades.
La conferencia para prensa y accionistas no ha deparado novedades importantes en lo relacionado con la próxima arquitectura gráfica de AMD, dando solidez a la idea de que 2018 será un año de transición pura y dura, tal y como se podía intuir a juzgar por la información proporcionada durante el CES 2018.
Ryzen 2 llegará al mercado en 2019 según explicó AMD en el CES.
Por último, Wu también ha comunicado que la arquitectura Zen 2 estará protegida contra Spectre. Wu ha reiterado que creen que sus procesadores actuales no son fáciles de atacar usando la variante 2 del exploit (no sin admitir que sigue trabajando con sus socios para parchear la variante 1). Los futuros procesadores de la firma, no obstante, serán inmunes.
De acuerdo con las declaraciones de Wu, los próximos chips de AMD incluirán cambios que comenzarán a ser implementados con el lanzamiento de Zen 2. A efectos prácticos esto implica que los primeros procesadores Ryzen inmunizados contra Spectre estarán en el mercado el año que viene, varios meses después que Intel. Sea como sea, ni Intel ni AMD han facilitado un calendario concreto de lanzamientos (y la actual estrategia de mitigación está siendo todo un ejemplode improvisación), por lo que sería aventurado sacar conclusiones rápidas en este aspecto.
De cara al futuro más inmediato, Wu espera que AMD siga creciendo a buen ritmo. En la guía de previsiones para los accionistas la empresa señala un crecimiento de dos dígitos durante 2018, con un primer trimestre que debería moverse en torno a los 1.500 millones de dólares en ingresos.