Aunque lanzado con bombo y platillo, el Essential Phone recibió menos atención del público que de los medios. El ahora famoso y milvecesimitadonotch fue objeto de no pocas críticas, y aunque su innovadora gama de accesorios semimodulares recibió buenas críticas, no bastó para convencer a unos consumidores reacios a gastar 700 dólares en un dispositivo firmado por un fabricante novato.
Solo unos meses después Essential trató de revivir las ventas con una rebaja de 200 dólares, pero no surtió efecto.
Essential se adelantó por varios meses a Apple con el lanzamiento de un teléfono con una muesca superior en su pantalla.
Según un informe publicado hace algunos meses por la consultora IDC, Essential solo logró vender 88.000 teléfonos a lo largo de 2017. Una cifra claramente insuficiente para mantener a la compañía a flote. Un desastre, de hecho, si se considera que su fundador se ha visto obligado a valorar su venta tan solo nueve meses después de presentar su primer (y por ahora único) teléfono móvil.
Essential, que metió más de 100 millones de dólares en el desarrollo de su primer teléfono y tenía a Foxconn, Tencent y Amazon entre sus accionistas, buscará ahora un comprador para parte de sus activos o toda la compañía, incluyendo su repertorio de patentes y la gama de accesorios. El eventual comprador de la casa se llevaría también a sus empleados, que se sumaron a la aventura dejando sus antiguos puestos en Google y Apple.