Esta ley, también conocida de forma algo confusa como Tasa Google (a pesar de que no guarda relación alguna con el canon a los agregadores de noticias), busca aumentar la recaudación de impuestos a las grandes multinacionales tecnológicas. No afectará a todas por igual, y de hecho excluye a aquellas que comercializan productos y servicios de forma directa y sin intermediarios.
El tipo del 3 % se fija a los ingresos procedentes de la venta de servicios de publicidad e intermediación en línea, así como la venta de datos de usuario, y solo se aplicará cuando la empresa en cuestión tenga unos ingresos globales de al menos 750 millones de euros, de los cuales un mínimo de tres deberán tener origen en España. Dicho de otra forma, se trata de un impuesto diseñado de forma muy concreta para gravar la actividad de empresas como Google y Facebook.
Aunque este impuesto ha sido aprobado durante el actual gobierno de Pedro Sánchez, Cristóbal Montoro ya anunció antes de la moción de censura a Mariano Rajoy su intención de establecer un tipo de tasa similar. El Gobierno espera recaudar con él 1.200 millones de euros al año, con el propósito de modificarlo para darle cabida en un eventual marco fiscal europeo para este tipo de actividades, que es objeto de enconado debate y cuyo futuro aún no está claro ante la diversidad de posturas.
Cabe señalar que el uso de un Real Decreto-Ley para aprobar la ley no significa que esta vaya a entrar en vigor de forma definitiva, puesto que será registrada como Proyecto de Ley para su debate y votación en el Congreso; un trámite que podría terminar de cualquier forma considerando la situación política actual.