El Meizu Zero, que es como se llama este smartphone de aspecto genuinamente monolítico, no tiene notch, ranura para el altavoz ni botones físicos. Ni siquiera un conector USB para transferir datos o cargar la batería. De hecho, tampoco hay una bandeja SIM al uso, puesto que integra la tecnología eSIM para reprogramar los números directamente en el dispositivo y evitar el uso de chips externos como la mayoría de los móviles.
Las especificaciones de este ejercicio de diseño son comprensiblemente elevadas. Meizu ha optado por una pantalla AMOLED de 5,99 pulgadas bajo la cual se integra un procesador Snapdragon 845, así como una cámara trasera de 12+20 megapíxeles firmada por Sony y una bien integrada cámara frontal de 20 megapíxeles.
No hay mucha más información técnica. Se desconocen por ejemplo las cifras de la RAM y la capacidad de almacenamiento, que en ningún caso será ampliable.
Dada la ausencia de conectores, la batería se carga usando la tecnología inalámbrica propietaria Super mCharge Wireless, que utiliza una base de 18 vatios (duplicando así los valores habituales en los teléfonos de última generación). La transferencia de datos se resuelve exclusivamente por LTE o Wi-Fi, y en cuanto al altavoz, Meizu ha optado por un sistema de transmisión acústica integrado en la propia pantalla, donde también reside un lector de huellas dactilares.
Naturalmente, si no hay puerto USB, menos aún se puede esperar el conector de 3,5 milímetros. Es Bluetooth o nada. El control de volumen se realiza usando botones virtuales con respuesta háptica.
Como resultado de la eliminación de perforaciones, huecos y ranuras, los ingenieros de Meizu han tenido menos problemas para impermeabilizar el dispositivo, que cuenta con protección IP68.
El Meizu Zero no tiene por ahora precio o fecha de lanzamiento. Es de entender que la compañía dará más detalles próximamente.