Este intrigante teléfono móvil es por ahora un diseño conceptual y como tal no se puede hablar todavía de fechas o precios. De hecho, muchas de sus especificaciones técnicas son por ahora un misterio. Lo realmente intrigante es el hecho de que con él ya son dos los teléfonos que abogan por desprenderse de todos sus conectores, dejando abierta la pregunta de si no será esta una de las próximas tendencias en materia de diseño.
Es una posibilidad que debería ser considerada, más aún si se tiene en cuenta que las prestaciones y el aspecto de muchos de los teléfonos móviles que podemos encontrar a la venta están plenamente condicionados por el trabajo de los proveedores de componentes. Sea como sea, el Vivo Apex 2019 aspira a llamar la atención durante este MWC con un diseño de líneas suaves y desprovista de orificios.
No hay bandeja SIM (los datos del operador se programan en una eSIM), ni USB-C. Tampoco un conector de auriculares ni una rejilla para el altavoz. La transmisión de sonido se realiza mediante un sistema aparentemente piezoeléctrico que hace vibrar la pantalla del teléfono, bajo la cual se pueden encontrar un procesador Snapdragon 855, 256 GB de almacenamiento y la desorbitada cantidad de 12 GB de RAM.
Hablando precisamente de la pantalla, el Vivo Apex es notable incluso en su fase conceptual por el hecho de que el sensor dactilar integrado funciona en casi toda su superficie y no solo en la mitad inferior como es lo habitual. Los lectores más atentos se habrán dado cuenta de que además carece de interrupción alguna en su superficie. Esto es así porque ni siquiera hay una cámara frontal.
Otros detalles interesantes son la ausencia de botones físicos y el propio sistema de carga inalámbrico, que no se basa en ningún estándar establecido sino en una base propietaria que realiza una conexión física sobre una serie de puntos en la parte trasera del móvil.