Aunque se trata de una filial de Xiaomi, Black Shark trabaja como marca propia y tiene cierta independencia, estando más cerca de la filosofía de PocoPhone que de Redmi, mucho más subordinada en términos de producto y marketing. Esta diferenciación se aprecia en factores como el diseño de sus terminales, que nada tienen que ver con los del resto de la compañía.
El hardware en sí mismo no resulta menos llamativo:
Pantalla AMOLED de 6,39 pulgadas 2340x1080 (16,5:9) con 430 nits
Snapdragon 855
8/12 GB de RAM
128/256 GB de almacenamiento
Cámara trasera de 48+12 MP
Cámara delantera de 20 MP
Lector de huellas bajo pantalla
USB-C
Batería de 4.000 mAh con carga rapida
163,61x75,01x,8,77 mm, 205 gramos
En China el Black Shark 2 también se ofrece con una variante de 6 GB que por ahora no aparece en el sitio europeo. El resto sigue tal cual, incluyendo la refrigeración líquida del chipset (que supuestamente reduce la temperatura en 14 ºC) y una pantalla que con una frecuencia de refresco táctil de 240 Hz y un tiempo de respuesta de 43,5 ms.
Como otros móviles para juegos, el Black Shark 2 tiene algunas peculiaridades técnicas. Por ejemplo, la pantalla es sensible a la presión para asignar acciones en función del lugar y la fuerza ejercida. También hay un gamepad Bluetooth que se puede utilizar directamente sobre el móvil o conectando a este último al televisor como si fuera una videoconsola.
El Black Shark 2 de 8/128 GB tiene un precio de 549 euros, mientras que la versión de 12/256 GB sale por 649 euros. La lista de complementos incluye diversos tipos de gamepad y auriculares USB-C, puesto que no tiene conector de 3,5 milímetros. Según señala Black Shark, los primeros compradores de su nuevo móvil recibirán un Pro Kit (gamepad doble y funda de kevlar) sin coste adicional.