La Comisión Europea ha
acusado formalmente a Intel de abusar de su posición dominante en el mercado de microprocesadores para perjudicar a AMD. En concreto acusa a la compañía norteamericana de vender procesadores por debajo del coste a clientes estratégicos, conceder descuentos a fabricantes por no utilizar chips de la competencia y pagarles porque retrasasen o suspendiesen el lanzamiento de nuevos productos con micros de AMD.
Intel tiene ahora 10 semanas para presentar alegaciones y varios años por delante para pleitear la decisión de la CE. Mientras tanto se van haciendo las apuestas sobre el importe de la multa, que podría ascender a 2.580 millones de euros.