La investigación contra Intel por prácticas anticompetitivas es uno de los casos más importantes en la historia de la justicia europea. Según determinó la Comisión, Intel abusó de su posición dominante entre octubre de 2002 y diciembre de 2007 al ofrecer una serie de descuentos supuestamente ilícitos a Dell, Lenovo, HP y NEC para que compraran sus procesadores en perjuicio de los de AMD. Asimismo, Intel realizó varios pagos a Media-Saturn para que vendiera exclusivamente equipos con procesadores Intel, reduciendo así la capacidad de AMD para competir con su gran rival.
La defensa de Intel argumentó que la Comisión Europea no realizó un test AEC (del inglés Competidor Igualmente Eficiente) para determinar si los descuentos eran ilícitos o si por el contrario se ajustaban a la ley europea, y este fue el argumento del recurso que presentó al Tribunal General.
De acuerdo con lo resuelto por la más alta instancia judicial de la Unión Europea, "el Tribunal General estaba obligado a examinar todos las alegaciones de Intel sobre dicho test (por ejemplo, los errores en la realización del test que Intel reprochaba a la Comisión), cosa que no hizo". En consecuencia, la sentencia ha sido anulada y el Tribunal General deberá considerar las alegaciones formuladas por Intel en relación a las maniobras supuestamente realizadas para dañar a la competencia.
Que el Tribunal de Justicia haga revisar una sentencia impuesta por el Tribunal General es algo muy poco habitual. También pone a la Comisión Europea en una situación incómoda, puesto que generalmente sus hallazgos y las sentencias que les siguen suelen ser inamovibles, y actualmente está llevando a cabo varias investigaciones contra otros gigantes tecnológicos (tal es el caso de Google) por abuso de posición dominante.
El recurso presentado inicialmente por Intel pedía la cancelación de la multa o una reducción sustancial de la misma. Está por ver si tras la revisión de los argumentos del fabricante el Tribunal General le da la razón o si por el contrario reitera la sentencia original. Sea como sea, Intel ha ganado algo de tiempo.
Adiós a Skylake
En otro orden de cosas, Intel ha anunciado que la microarquitectura Skylake, lanzada en agosto de 2015, ha llegado a su fin. Esta noticia no debería sorprender a nadie considerando que hace poco la compañía desveló la octava generación de procesadores Core con el lanzamiento de la familia Kaby Lake (R), que dentro de poco será seguida por los chips Coffee Lake.
Según ha señalado Intel, las ventas de Skylake seguirán abiertas hasta marzo de 2018 y las entregas se prolongarán hasta el mes de septiembre. Una vez finalizado este plazo, procesadores de sexta generación tan notables como los Core i5-6600K y Core i7-6700K pasarán oficialmente a la historia.