Según ha señalado Intel, la producción en masa de sus chips a 10 nm se iniciará en un punto indeterminado de 2019 y los primeros ordenadores llegarán a tiempo para la campaña navideña. Aunque el fabricante no ha puesto una fecha exacta al lanzamiento de estos procesadores, todo apunta a que las labores de fabricación arrancarán hacia mediados del próximo año.
En puridad Intel ya comercializa algunos chips a 10 nm, pero en mercados muy concretos y en cantidades limitadas debido a problemas de producción.
Dadas las circunstancias, Intel seguirá basando su catálogo en productos fabricados a 14 nm. La compañía se ha encontrado con obstáculos a la hora de obtener el volumen deseado utilizando su nuevo proceso de 10 nm, cuyo lanzamiento se previa inicialmente para finales de 2017. Los procesadores fabricados con esta tecnología deberían proporcionar una mayor eficiencia (en su día se anticipaba su lanzamiento en ordenadores portátiles) y velocidades de reloj más elevadas.
AMD, por su parte, piensa saltar con Zen 2 de los 12 nm actuales a los 7 nm. Los primeros chips también deberían llegar en 2019, aunque todavía no tienen una ventana de lanzamiento.
En cuanto a los resultados económicos del segundo trimestre (PDF), Intel generó unos ingresos de aproximadamente 17.000 millones de dólares, lo que supone un incremento interanual del 14,9 % y se sitúa ligeramente por encima de las expectativas. También crecieron los beneficios, con unos ingresos netos de aproximadamente 5.000 millones de dólares, un 78 % más que durante el segundo trimestre de 2017.
Las acciones de Intel han caído en bolsa a pesar de las cifras. Los analistas esperaban que las ventas a centros de datos (donde empieza a sentir la presión de AMD) fueran ligeramente mayores, y tampoco ha sentado bien el anuncio de que los procesadores de 10 nm no llegarán de forma general hasta finales de 2019, con el añadido de que los nuevos chips tendrán inicialmente un margen de beneficios más pequeño.