El nuevo diseño de Qualcomm combina su nuevo chipset con dos pantallas de 1024 x 1152 píxeles de resolución, con el detalle de que será capaz de mostrar contenidos a un máximo de 120 FPS. Esta cifra es posible gracias a la mejorada tecnología gráfica del Snapdragon 845, que según Qualcomm es un 30% más potente que el saliente Snapdragon 835.
Técnicamente su resolución es inferior a la de modelo de última generación como el nuevo HTC Vive Pro, que cuenta con dos pantallas de 1400 x 1600, pero eso es porque el diseño de referencia de Qualcomm es totalmente autónomo. No se conecta a un ordenador (ni a la corriente, puesto que tiene su propia batería), de forma que solo tiene a su disposición la potencia de procesamiento de su hardware.
Como otros visores autónomos, esta nueva versión cuenta con seguimiento inside-out gracias al uso de dos cámaras. Más interesante aún es el uso de otras dos cámaras interiores utilizadas para seguir la vista del usuario y ajustar así el contenido de las pantallas, lo que haría posible modificar la cámara mirando por el rabillo del ojo en lugar de moviendo el cuello. No solo resulta en una experiencia más natural, sino también menos fatigante.
Asimismo, el diseño de referencia de Qualcomm cuenta con foveated rendering. Esta técnica sigue los ojos del usuario para determinar en qué punto de la pantalla está prestando atención y reducir el nivel de detalle del resto de la escena de forma invisible, lo que reduce los requisitos de hardware y el consumo de energía.
Según ha señalado Qualcomm, su nuevo visor estará presente en el Mobile World Congress. Queda por ver qué compañías se animan a desarrollar visores autónomos basados en su tecnología. HTC y Lenovo se pueden dar por descartadas, puesto que sus últimos modelos de bajo coste hacen uso del Snapdragon 835 (Oculus mira más atrás todavía al usar un Snapdragon 821 en su visor Go), pero tal vez otras empresas podrían animarse.
