La lista de especificaciones de este enorme portátil para juegos (o para cualquier trabajo que requiera potencia a espuertas, realmente) comienza con un monitor multitáctil de 17,3 pulgadas y 3.840 x 2.160 puntos de resolución que, como el apartado acústico, recibe la certificación de THX tras haber sido recalibrado. Que Razer sea ahora propietaria de la conocida firma fundada por George Lucas posiblemente ha simplificado las cosas.
Más allá del sello de THX y algún posible ajuste superficial la pantalla del Blade Pro no parece incorporar cambios, ofreciendo como el modelo anterior soporte para la tecnología G-Sync.
Parafraseando las palabras de Henry Ford, a nivel de procesador los compradores de un Blade Pro pueden encargar el suyo con cualquier chip que sea un Core i7-7820HK. El procesador de séptima generación de Intel se puede overclockear desde el sistema operativo y se acompaña por 32 GB de memoria DDR4 a 2.667 MHz, un poquito más rápida que la anterior (que funcionaba a 2.133 MHz). La tarjeta gráfica es una GeForce GTX 1080.
Las opciones de almacenamiento vuelven a ser tres, siempre en SSD: 512 GB (2 x 256), 1 TB (2 x 512 GB) y 2 TB (2 x 1 TB).
Como el modelo saliente, el nuevo Blade Pro incorpora un teclado iluminado de interruptores mecánicos de perfil bajo. La ficha técnica también contempla la presencia de tres puertos USB 3.0, un HDMI 2.0, un lector SDXC y un puerto Ethernet. Todo ello se encierra en un portátil de 22,5 milímetros de grosor y un peso de 3,49 kg que en Europa tendrá un precio inicial de 4.500 euros.
Por el momento su disponibilidad europea se circunscribe a Reino Unido, Alemania y Francia, sin que se conozca si más adelante también se venderá en España.