Concebido como un modelo de diseño modular, The Wall tiene un diseño sin necesidad de marcos (este detalle debe ser debidamente expandido por Samsung) que permite adaptar el tamaño de la pantalla a las dimensiones de cada estancia. La idea es crear una auténtica pantalla de cine en casa, ofreciendo niveles de brillo superiores a los de los mejores televisores OLED con un negro teóricamente igual de profundo.
La clave de The Wall, como decíamos, reside en el uso de la tecnología MicroLED, que rivaliza directamente con los paneles OLED por su capacidad para iluminar de forma selectiva cada uno de sus píxeles utilizando diodos de tamaño micrométrico. De esta forma se eliminan las fugas de luz y los colores lavados, ofreciendo al mismo tiempo un brillo que oficialmente alcanza nada menos que 2.000 nits.
La tecnología MicroLED está básicamente en pañales en comparación con los aún novedosos paneles OLED de gran formato, por lo que cabe imaginar que The Wall será un modelo orientado a la parte más alta del segmento. Así lo dejan entrever las prestaciones ofrecidas por su técnica, pero también el hecho de que los costes de producción tienen que estar forzosamente muy alejados de los de cualquier posible equivalente QLED/LCD.
A pesar de que puede parecer un diseño puramente conceptual, Samsung ya ha señalado que The Wall entrará próximamente en producción, prometiendo un lanzamiento global esta misma primavera. Para entonces ya deberíamos contar con todos sus detalles, incluyendo información crítica como la resolución de cada panel, el consumo (que teóricamente podría ser incluso inferior al de su equivalente OLED) y, naturalmente, el precio.
Y además, el primer televisor QLED 8K
Por otro lado, Samsung también ha presentado su primer televisor QLED 8K. Este modelo de 85 pulgadas sigue los pasos de otros como la pantalla 8K de LG, si bien el de Samsung tiene la distinción de no ser únicamente una pantalla al contar con su propio sintonizador. De hecho, ni siquiera es un prototipo, lo cual es otro punto a su favor. Lo que no está para nada claro es si cuenta con un receptor compatible con las primeras emisiones experimentales a esta resolución o si por el contrario se limita a reescalarlas.
Samsung no ha proporcionado muchos detalles técnicos sobre este televisor, hasta el punto de que todavía es temprano para hablar de precios o fechas concretas. Sea como sea, la firma no quiere esperar a lanzar su televisor cuando todo el contenido actual también esté disponible en 8K, por lo que ha incluido una función de reescalado basada en inteligencia artificial.
Esta característica, que de hecho tiene más importancia para Samsung que el hecho de que ya tiene un televisor 8K, utiliza una base de datos que "estudia y analiza millones de imágenes con anterioridad para transformar a alta resolución contenido en baja resolución", procesando cada imagen 64 veces y categorizando los elementos de la composición (como el negro, los brillos o el resplandor) para ajustarlos de forma más precisa.
Más curioso si cabe es el hecho de que este sistema de procesamiento basado en inteligencia artificial también se aplica al sonido. En este aspecto el fabricante indica que su tecnología permite amplificar de forma inteligente los coros de un partido de futbol para aumentar la inmersión o reforzar los sonidos más bajos de un concierto de forma inteligente para "enriquecer" la música. Si esto es puro marketing o algo más serio es algo que todavía está por verse.
Según ha señalado Samsung, sus primeros televisores (plural) QLED con resolución 8K y procesamiento por IA saldrán a la venta durante la segunda mitad de 2018, partiendo de las 65 pulgadas.