Pensado para su integración en teléfonos móviles, este sensor CMOS de triple capa tiene la peculiaridad de montar una lámina de DRAM en situación central que permite capturar datos a altísima velocidad al tiempo que "se reduce el ruido generado entre los circuitos de cada una de las tres capas". El resultado es un sensor extremadamente rápido (hasta ocho veces más veloz que "productos convencionales" según Sony) y que introduce una distorsión mínima (rolling shutter) al fotografiar objetos en movimiento.
Imágenes capturadas en 1/30 y 1/120 (izquierda a derecha).
Su singular velocidad permite además capturar vídeo a nada más y nada menos que 1.000 fotogramas por segundo a 1.920 x 1.080 píxeles de resolución. Como referencia, lo habitual en los teléfonos de gama alta suele ser 120 FPS a esa resolución. Sony presume además de poder ajustar su funcionamiento para que el teléfono active de forma instantánea el modo de captura a alta velocidad cuando se detecte un incremento en el movimiento de la escena, habilitando automáticamente el efecto de "cámara lenta" para no perder tiempo. Todo este trabajo se puede realizar usando un ISP convencional, reduciendo los costes de producción para los fabricantes de teléfonos.
Sony se ha limitado a anunciar la creación de este sensor, por lo que es posible que todavía tardemos un buen tiempo en verlo integrado en un dispositivo comercial. En el mejor de los casos la compañía ofrecerá algún tipo de demostración durante el Mobile World Congress de Barcelona, aunque no conviene pecar de optimismo.