Esta familia de dispositivos está formada por los modelos Xperia X y Xperia X Compact, dos teléfonos de difícil encaje en el mercado, puesto que aglutinan unas prestaciones intermedias y unos acabados de calidad superior a unos precios muy poco competitivos. Esta extraña combinación se encontró con la indiferencia de unos consumidores que han tumbado las expectativas de ventas formuladas por Sony.
Lo cierto es que las ventas globales de teléfonos han estado en términos generales por debajo de lo esperado por Sony, pero el caso de la gama Premium Standard ha sido directamente nefasto. Las expectativas de ventas en Japón solo fueron satisfechas en un 85%, mientras que fuera de su país natal la cuota se quedó en un muy decepcionante 31%. Una vez contadas las ventas globales de todo el año fiscal 2016, los Xperia X y Xperia X Compact solo lograron vender el 43% de lo previsto inicialmente por Sony.
La consecuencia más directa de estas cifras es que la gama Premium Standard será descontinuada. Sony se centrará ahora en los teléfonos de gama alta pura y dura como el Xperia XZ y su ya racionalizada gama media, donde se inscribe el relativamente reciente Xperia L1. Mientras tanto, la compañía se centrará en mejorar su cuota de mercado en aquellas regiones donde su marca todavía se mantiene fuerte (lo que incluye Europa), al tiempo que hace énfasis en tecnologías propias como sus sensores con capacidad grabación a 1.000 FPS.