Desde el comienzo, mis investigaciones revelaron un alcance inimaginable de la vigilancia gubernamental, connivencia y encubrimiento por los gobiernos británico y estadounidense. La escala de la operación que describía me dejó sin aliento (esto fue en 1988). La NSA y sus socios se las habían arreglado para que todo lo que comunicamos pudiera ser potencialmente analizado.