El anuncio de la nueva política de datos compartidos con Facebook y la necesidad de aceptar unas condiciones de uso que confieren mayor control a la red social han causado consternación entre un buen número de usuarios de WhatsApp... y cierta alegría en el caso de rivales como Signal y Telegram. La situación es en cualquier caso delicada para la aplicación de mensajería instantánea, y prueba de ello es que este cambio administrativo en apariencia menor ha tenido que ser retrasado mientras da explicaciones. Ahora sabemos qué sucederá cuando entre en vigor fuera de la Unión Europea.
Como suele suceder con muchos cambios importantes de WhatsApp, que nunca llegan a ser publicados en el blog oficial, las consecuencias de no aceptar las nuevas condiciones de uso han aparecido en un artículo de soporte técnico descubierto por BleepingComputer. Según explica este FAQ, donde se sitúa el 15 de mayo como fecha límite para aceptar las nuevas condiciones, aquellos usuarios que denieguen su aprobación no perderán la cuenta, pero sí verán una merma progresiva en las funciones.
De forma más concreta, aquellos usuarios que no acepten uno de los "recordatorios persistentes" de WhatsApp dejarán de poder acceder a la lista de conversaciones. Se mantendrá el servicio de llamadas de voz y vídeo, así como la posibilidad de responder a mensajes desde las notificaciones, pero si tras varias semanas "de funcionalidad limitada" WhatsApp también restringirá estas funciones.
La pérdida de la lista de conversaciones y las videollamadas convertirán a WhatsApp en una aplicación fantasma sin mayores posibilidades de uso. Tal vez por eso WhatsApp ha incluido en su FAQ un recordatorio sobre cómo pueden exportar sus datos y mantener así una copia de seguridad. Mientras tanto, aplicaciones como Telegram ya se han puesto las pilas y ofrecen un sistema de migración para llevarse contactos y conversaciones directamente a su aplicación.
Es muy importante señalar que, en contra de lo que se puede llegar a entender por algunas informaciones, estos cambios no afectarán a los usuarios de gran parte de Europa. La GDPR ampara a los ciudadanos de la Unión Europea y el Área Económica Europea, que regula entre otros aspectos la transferencia de información personal entre empresas y fuera de dicho territorio, por lo que dichos cambios no tendrán efecto.
