Estas tarjetas, como bien indica su nomenclatura, no buscan posicionarse como el absoluto techo de la gama, sino colarse en los portátiles gaming de mayor volumen de ventas. Unos equipos que no son ni remotamente tan caros como hace unos años, y tanto es así que Nvidia presume de unas tarifas que parten en los 799 dólares en Estados Unidos. Marcas como Lenovo, MSI y Dell ya han anunciado los primeros modelos.
Entrando al hardware en sí mismo, las nuevas tarjetas derivan de la nueva GPU Ampere GA107. Se produce siguiendo el mismo proceso de 8 nm de Samsung que las RTX 3060 y RTX 3070, pero resulta obviamente más económico y brinda un rendimiento más ajustado. Así, el número de núcleos CUDA desciende a 2.048 y 2.560 frente a los 3.840 y 5.120 de sus hermanas mayores, respectivamente, y la memoria se queda en 4 GB de GDDR6. El TDO se estima en 35 a 80 W.
La variabilidad del TDP es un aspecto clave, puesto que el rendimiento de los portátiles que las equipen podría variar de forma significativa en función de su tamaño. No en vano, a mayor grosor, mayor capacidad de disipación y por ende más espacio para permitir que el hardware funcione más desahogado.
En el mejor de los casos, las estimaciones oficiales de Nvidia señalan que la RTX 3050 Ti proporciona una mejora de rendimiento del 60% frente a la ya algo añeja GTX 1650 Ti, superando los 90 FPS en Call of Duty: Warzone e incluso los 60 FPS en Control con ray tracing activado, ambos en Full HD.
El potencial profesional de las RTX 30X0 también parece elevado, y es por ello que las veremos en equipos de corte más productivo como los nuevos Dell Precision y XPS o el Lenovo IdeaPad 5i Pro, si bien por ahora los benchmarks facilitados por Nvidia no son lo más adecuados para apreciar el salto generacional (compararlas con una iGPU es algo que casi queda fuera de lugar).
Según Nvidia, los primeros equipos dotados con estas GPU estarán disponibles desde hoy mismo en tiendas físicas y online.