La compañía ha desvelado las interioridades de Tiger Lake como parte de su evento Intel Architecture Day 2020, una jornada durante la cual ha hablado largo y tendido sobre unos procesadores que según relata, supondrán el mayor salto generacional en la historia de la familia Intel Core, brindando mejoras notables a todos los niveles: CPU, GPU e interfaces.
Adiós 10 nm+, hola 10 nm SuperFin
Así como inicialmente Tiger Lake fue descrito como un procesador basado en un proceso de 10 nm refinado o 10 nm+, ahora Intel se refiere a su técnica litográfica con un nombre distinto: 10 nm SuperFin. No es una cuestión de darle una capa de ziritione, asegura. En lugar de simplemente optimizar el proceso de fabricación, Intel ha creado un nuevo diseño de transistor Fin y un igualmente nuevo diseño de condensador SuperMIM, utilizando un stacking mejorado y otros materiales.
Los nuevos chips 10 nm SuperFin servirán para suplir la ausencia de un nodo totalmente nuevo y darán pie a medio plazo a una actualización intrageneracional que conoceremos como 10 nm Enhanced SuperFin, que aparentemente estará pensada para centros de datos (aunque no sabemos si de forma exclusiva).
En cuanto al soporte de nuevas tecnologías, Intel quiere recuperar el tiempo perdido. Tiger Lake será compatible de forma nativa con PCIe 4.0 (una primicia en el espacio portátil) e incluso brindará soporte para memorias LPDDR5-5400 gracias a un nuevo controlador, aunque previsiblemente los fabricantes de ordenadores utilizarán memoria DDR4 por una cuestión de costes (DDR5, por ahora, es más aprovechable en entornos industriales).
Tiger Lake, asimismo, será compatible con USB4, Thunderbolt 4, HDMI 2.0 y DisplayPort 1.4, así como pantallas con refresco adaptativo y tasas de hasta 360 Hz.
Las nuevas iGPU Xe serán compatibles con VRS
Hablando precisamente de gráficos, la nueva iGPU basada en la arquitectura Xe parece muy prometedora. Intel no ha proporcionado datos de rendimiento duros, pero las GPU integradas de Tiger Lake brindarán hasta 96 unidades de ejecución (EU). También mejoran en la misma proporción las unidades de textura y ROP (render output unit), concretamente en un 50 %.
Como resultado, las iGPU basadas en la arquitectura gráfica Xe deberían competir favorablemente con las APU Ryzen 3000 más potentes de AMD e incluso podrían brindar una potencia gráfica comparable a la de algunas tarjetas gráficas independientes de gama baja. Mucha mejora (al menos sobre el papel) para unos chips con un TDP de entre 10 y 65 W.
Juegos como Grid, Gears Tactics y Serious Sam 4 estarán optimizados para Xe, pudiendo sacar partido a funciones como variable rate shading (VRS), hasta ahora solo presente en tarjetas gráficas independientes de cierta categoría.
Tiger Lake aún no tiene una fecha oficial de lanzamiento, pero los primeros equipos llegarán en lo que queda de año.