Comenzando por el LG UltraGear 48GQ900, posiblemente el más vistoso de la pareja, este monitor OLED 4K posee una diagonal de 47,5 pulgadas y refresco variable a 120 Hz, con el detalle de que es posible subirlo hasta 130 Hz mediante overclocking. Compatible con FreeSync Premium y G-Sync (no es un monitor G-Sync puro y duro), posee un tiempo de respuesta de 0,1 ms y cubre hasta el 98,5 % del espacio DCI-P3, en caso de que alguien desee utilizarlo para trabajar. También ofrece soporte para HDR10.
A nivel de conectividad, ofrece tres puertos HDMI, un DisplayPort, tres USB 3.0 (uno upstream y dos downstream) y lo que la nota de prensa describe como cuatro orificios de 3,5 mm (aunque posiblemente sea una errata y se trate de un único orificio para auriculares). En cualquier caso, también monta dos altavoces de 20 W.
El precio del LG UltraGear 48GQ900 es de 1.499 euros.
Por su parte, el LG UltraGear 32GQ850 es un monitor IPS QHD (2560 x 1440) de 31,5 pulgadas con filtro polarizador ATW (Advanced True White), una tecnología que prácticamente había desaparecido a nivel de consumo y que LG está recuperando en algunas pantallas y televisores para mejorar el contraste y eliminar el aura grisácea que puede aparecer al observar ciertas escenas oscuras desde ángulos abiertos.
También compatible con FreeSync Premium y G-Sync, el UltraGear 32GQ850 brinda refresco a 240 Hz (260 Hz con overclocking), tiene un tiempo de respuesta de 1 ms y soporta la norma DisplayHDR 600. La cobertura DCI-P3 es del 98 %. Si hablamos de puertos, hay dos conectores HDMI, un DisplayPort, tres USB (uno upstream y dos downstream) y audio por 3,5 mm. En este caso no hay altavoces. Como sucede con el 48GQ900, la ficha no habla de entradas DisplayPort, pero podemos asumir que tiene una.
Según ha señalado LG, el precio del LG UltraGear 32GQ850 es de 899 euros.