La GSMA, asociación que aglutina a las mayores firmas de la industria de las telecomunicaciones, ha amenazado en varias ocasiones con llevarse al MWC de Barcelona debido a cuestiones de diversa índole, desde políticas a organizativas, pero así como antiguamente otras ciudades se han postulado de forma muy visible para acoger el evento, durante estos últimos dos años no se ha apreciado el mismo interés, todo ello al tiempo que se ha reforzado la relación con las instituciones y Fira, que proporciona infraestructura de exposición para un evento al que llegaron a acudir casi 110.000 visitantes.
Como recordábamos al principio, el MWC tuvo un paréntesis forzoso entre 2020 y 2021 a consecuencia de la pandemia, regresando este año con un evento bastante más enfocado a la industria que al consumidor. Las cifras de asistencia fueron comprensiblemente más modestas; en parte por la orientación, en parte porque no todos los países empezaron a recuperar sus economías al mismo tiempo, dando lugar a calendarios de lanzamientos bastante descolocados en relación a años anteriores. En total, algo más de 60.000 personas visitaron la feria de 2022.
De cara a futuras ediciones, el verdadero desafío de la GSMA no será tanto recuperar las cifras de asistentes y negocio como demostrar que el MWC sigue siendo un evento imprescindible para la industria telefónica.
Como ha sucedido con otras ferias, tal es el caso del E3, muchas compañías han decidido apostar por otros formatos o incluso volcarse en la celebración de eventos propios, y existe el riesgo de que más de un participante considere que no hay motivos para regresar al MWC. Con todo, desde la asociación aseguran que el evento ha vuelto para quedarse, y prometen dar más información en una rueda de prensa que tendrá lugar el 20 de julio.