Los recortes podrían llegar a alcanzar al 16 % de toda su plantilla, dejando el total en una cifra comprendida entre los 72.000 y los 77.000 trabajadores.
Según señala Nokia en un comunicado, la situación actual es "realmente desafiante", hasta el punto de que Norteamérica, su mayor mercado dada la ausencia de Huawei, las ventas se desplomaron un 40 % durante el tercer trimestre de 2023. Las cosas tampoco están yendo particularmente bien en Europa, y aunque India ha sido un motor importante, se espera que sus ventas en el subcontinente se estabilicen en 2024.
Como señala Reuters en su despacho, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta Nokia (y potencialmente otras empresas del ramo) es que las increíbles oportunidades de negocio que iba a abrir el 5G no se han materializado. Simplemente no hay una gran diferencia práctica si se compara con las redes LTE.
En teoría, el 5G iba a revolucionar numerosas industrias gracias a su potencial para establecer comunicaciones fiables para vehículos autónomos y potenciar la automatización de las ciudades mediante redes IoT más robustas, pero ni los coches sin conductor están despegando en los plazos estimados inicialmente ni las inversiones en IoT están siendo las esperadas. Tampoco ayuda que la mayoría de los operadores han adquirido estaciones de banda baja en lugar de banda media, ofreciendo velocidades inferiores que no han servido para acercar a los consumidores las supuestas ventajas del 5G.
Sea como sea, Pekka Lundmark, CEO de Nokia, no es halagüeño a la hora de hablar del futuro. "Seguimos creyendo en el mercado a medio y largo plazo", ha afirmado el ejecutivo, "pero no vamos a quedarnos sentados a esperar mientras rezamos para que el mercado se recupere en cualquier momento. Simplemente no sabemos cuándo se recuperará".