Más concretamente, la Comisión Europea acusa a TikTok de poner en peligro a menores (se investigará particularmente el uso de herramientas de verificación de edad inadecuadas), no ser lo suficientemente transparente en cuestiones publicitarias (la compañía no mantendría un repositorio de anunciantes como obliga la ley) y no proporcionar a los investigadores datos que en teoría deberían ser públicamente accesibles.
Asimismo, la Comisión Europea investigará las estrategias de mitigación de riesgos de TikTok relacionadas con los efectos negativos derivados de su diseño, "incluyendo sistemas algorítmicos que pueden estimular comportamientos adictivos y/o crear los llamados 'efectos madriguera de conejo' (el consumo compulsivo de vídeos sobre una temática en concreto tras ser conducido a los mismos por las recomendaciones de TikTok)".
TikTok deberá ahora facilitar a los investigadores toda la información que soliciten y argumentar por qué estas sospechas están infundadas, tal y como ha defendido la red social en un breve comunicado. Algo no será fácil, considerando que hace apenas unos meses fue multada con 345 millones de euros en Irlanda por no cumplir sus obligaciones protegiendo la privacidad de sus usuarios menores de edad.
Cabe señalar que la investigación contra TikTok resulta especialmente interesante porque no se centra tanto en la moderación de contenidos (caso de X/Twitter) como en el uso de algoritmos y diseños para manipular la atención del usuario; un asunto relativamente poco explorado y que dará mucho de qué hablar en los próximos años. Especialmente si consideramos que compañías como Meta y Google podrían verse en un brete parecido.