Me terminé hace poco el Darkwood. Buenísimo, y largo (el segundo capítulo se me hizo un poco pesado, avanzaba muy lentamente y se puede llegar a hacer algo repetitivo el concepto de volver a casa por la noche a defenderte). Es una delicia indie y uno de los mejores survival horror de los últimos tiempos.
Luego le he dado al Broforce, el cual es muy divertido. El concepto de fases muy cortas, con montones de cosas en el escenario destruíble que pueden mandarte a freír espárragos de la manera más tonta, y los montones de personajes que llevas de forma aleatoria (que además cambian mucho la forma de jugar), lo hacen uno de los juegos de tiros laterales más entretenidos. Es simple, pero funciona. Unas cinco horitas me duró.
El Superhot me lo pasé de un tirón. Es original, no se puede negar, y jugablemente muy interesante. El argumento es simple pero está bien llevado, y sus dos horas son suficientes para lo que es (más, creo, hubiera cansado).
Empecé el Satellite reign y me estaba gustando, pero en una misión me pillaron varias veces y se llenó de enemigos patrullando que nunca se piraban de la zona. Imposible, vamos, una locura. Supongo que no elegí bien la misión, porque tampoco te indica cual elegir (te da bastante libertad). Después de una hora perdida, me dí cuenta que, ahora mismo, no tengo tiempo para un juego tan exigente. Más adelante, quizás lo recupero.
Ahora estoy con el Salammbo, una aventura de Cryo, de aquellas en primera persona y escenarios renderizados (como el Atlantis). No lo jugué en su momento, ni sabía que existía, y la verdad es que tiene su qué. Además, lo conseguí en indiegala por un euro y 39 céntimos, y me regalaban el Lucius, el Between me and the night y el de Nosferatu: wrath of Malachi. Vamos, un chollo.