Pues tenemos formas de pensar muy distintas por que a mi me parece un burrada de sentencia de proporciones bíblicas (si acaba entrando en la carcel).
"Sigo confiando en la Justicia y espero obtener una sentencia que me permita no tener que ingresar en prisión". Son las palabras que Jacinto Siverio transmite a EL MUNDO a través de su abogado -"está muy nervioso tras el veredicto", excusa el letrado que no sea él quien se pronuncie directamente- después de que el viernes pasado el jurado que ha enjuiciado al anciano de 83 años lo declarara culpable por unanimidad de la muerte de uno de los dos jóvenes que asaltaron su chalé en Arofa (Santa Cruz de Tenerife) en marzo de 2015.
"Ha quedado probado que el acusado efectuó un disparo con un revólver del calibre 38 asumiendo el riesgo de causar la muerte de la persona enmascarada que resultó ser Jonás Cano, pues el lugar era pequeño y podía impactar en alguno de los presentes", argumentaba su decisión el jurado. Estimaba además que Jacinto «podía haber utilizado otras alternativas igual de efectivas para salvar su integridad física y la de su esposa evitando la muerte» y proponía, no obstante, que se les suspendiera la pena o indultara debido a su avanzada edad ya que actuó en defensa de su vida y la de su esposa.
El veredicto, que ha causado sorpresa y polémica, contradecía la petición de la Fiscalía, que solicitaba la libre absolución por el homicidio al considerar que concurría la legítima defensa y dos años de cárcel por el delito de tenencia ilícita de armas, puesto que Jacinto carecía de la licencia preceptiva para usar el revólver. La acusación particular -la madre del fallecido-, que también contemplaba la legítima defensa como atenuante, pidió en sus conclusiones finales dos años y medio por el homicidio, dos años por el arma y una indemnización de 76.000 euros.
Avelino Míguez, el abogado de Jacinto, explica que espera la sentencia definitiva, que previsiblemente dará a conocer la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en unos días, rebaje al máximo las penas en atención a la edad y el estado físico del acusado y a su colaboración con la investigación, de modo que la condena sume menos de dos años y Jacinto no tenga que ingresar en la cárcel. Si no es así, anuncia, recurrirá.
Los hechos se produjeron el 1 de marzo de 2015 cuando dos hombres "ataviados con ropas oscuras y guantes, cubriendo asimismo sus rostros con unas caretas", según se lee en el escrito de conclusiones de la Fiscalía, entraron en la finca Villa Carlota con la intención de robar. Se trataba del fallecido Jonás Cano, de 26 años, y Cristian C., entonces menor de edad. Dentro de la vivienda se encontraban Jacinto, su esposa Mercedes y una hermana de ésta, quien logró esconderse en un aseo.
Jacinto realizó dos disparos, disuasorios según él, y alcanzó a uno de los ladrones
Los asaltantes, armados con una pistola simulada y un palo, agredieron a la pareja, sobre todo a Mercedes. "A esta última, quien suplicaba chillando que no le pegaran más, la golpearon con el palo que portaban y le aplastaron la mano entre el marco y la puerta de la habitación", relataba la Fiscalía.
Jacinto los convenció para que le dejaran ir a buscar algo de valor a otra estancia y aprovechó para coger el revolver que un hijo le había dado como medida de protección. Realizó entonces dos disparos, disuasorios según el anciano, "impactando uno de ellos en el zócalo de la pared del hall y el otro en el lado izquierdo del rostro de Jonás Cano Ruiz".
Durante el juicio impresionaron mucho los relatos de Mercedes y Jacinto -"nos hubieran matado, no había posibilidad de huir", dijo éste-, pero sobre todo el de Cristian C., el segundo asaltante, entonces menor de edad, quien ya ha sido juzgado y ha cumplido condena: "Yo habría hecho lo mismo que Jacinto", afirmó, "es más, no dejaría que se escapara ninguno; los mataría a los dos".