Un articulazo al respecto, para que se vea lo absurdo de todo esto.
Garitano dimisión
El técnico del Eibar abandona la sala de prensa tras ser interrumpido
Garitano tendría que presentar su dimisión, de manera irrevocable, por haberse permitido el lujo de pretender contestar en euskera cuando le preguntaban en euskera, una lengua cooficial que ampara la Constitución, en vez de haber ofrecido su respuesta en el idioma que le hubiese la gana a los que, en su respeto máximo por la tolerancia y la cultura, decidieron cumplir con su deber, como buenos patriotas, recriminándole que no hablase como ellos querían, interrumpiéndole por sistema. Garitano debería ser inhabilitado por la RFEF, multado por la LFP y por supuesto, apartado de su cargo por su club, porque es una vergüenza que haya tenido la osadía de responder en euskera a unos medios que le preguntan en esa lengua porque sus medios, por lo visto, también se expresan en euskera y no en polaco, húngaro o guaraní, como habría sido aconsejable en un país como Dios manda.
Garitano debería ser sancionado por Competición, con carácter de urgencia, por su falta de sensibilidad a la madre patria y su falta de respeto hacia la sensibilidad de los que se rasgan las vestiduras si se pita su himno y creen tener carta blanca para vejar el ajeno. Garitano debería pedir perdón por haber ofendido los códigos sagrados de los entusiastas que, envueltos en una bandera que dicen defender, le han dado una lección de civismo al enseñarle que, cuando a uno le preguntan en su idioma, debe responder en otro, porque es imposible tener un mínimo de respeto por las lenguas cooficiales de este país. Garitano sobra en el fútbol español, como el jefe de prensa del Almería – penoso este sujeto exigiendo valores a sus colegas …¿a dónde vamos a llegar?-, que tuvo la ocurrencia de solicitar respeto a los presentes para, a continuación, posicionarse del lado de las personas que tienen principios, algo intolerable porque los españoles de bien no necesitan Garitanos que les recuerden que deberían volver al colegio, releer la Constitución y pasar una temporada en el rincón de pensar.
Garitano es una vergüenza para La Mejor Liga del Mundo, esa en la que todas las semanas le preguntan en euskera para que él responda en euskera, no como a otros entrenadores de clubes poderosos a los que les cuestionan en francés, italiano o inglés, lenguas no oficiales de este país, que cuentan con la ayuda de un traductor y a los que nadie se atreve a interrumpir en una sala de prensa. Garitano es un atentado al sentido común, porque todo el mundo sabe que en Almería, como en todas las provincias de España – faltaría más- no se puede responder en euskera a una pregunta en euskera para un medio que informa en euskera, y si se responde así debe ser interrumpido de manera urgente, no sea que, en caso de no haber traductor disponible, Garitano decida acabar su intervención en euskera para después, repetir su respuesta en perfecto castellano, como en otras conferencias de prensa anteriores. Garitano aún está a tiempo de rectificar en las próximas 48 horas y anunciar que, a partir de ahora, responderá en el idioma que elijan los que le pregunten y que, además, pondrá una flamenca junto al micrófono antes de hablar, por supuesto, como Dios manda.
Confío en la inteligencia eoliana. Por favor, leedlo.